Con un millón de musulmanes pertenecientes a la minoría uigur detenidos para ser reeducados, ¿qué será de sus hijos? Los pequeños se encuentran confinados en «escuelas» de propaganda china de etnia han.
Los hijos de padres uigures detenidos se encuentran confinados en jardines de infantes y escuelas denominados “Corazón Amoroso”, emplazados en Sinkiang. Los niños son constantemente vigilados y reciben su educación únicamente en idioma chino. Por lo general, los portones de hierro de estas instalaciones “Corazón Amoroso” están cerrados con candado. Los muros están rodeados con alambre de púas y el acceso está estrictamente controlado. Existen pocas posibilidades de que estos niños puedan salir. Ellos solo pueden ver a sus padres una vez al mes mediante una videollamada. Según un maestro de uno de los jardines de infantes, los niños siempre lloran luego de hablar con sus padres.
«Corazón Amoroso» es un nombre eufemístico dado por las autoridades chinas para ocultarles a los forasteros la naturaleza de las instalaciones. Tales nombres son comunes en Sinkiang.
Debido a que más de un millón de uigures se encuentran confinados en «campamentos de transformación por medio de educación» emplazados en Sinkiang, cada vez más niños están perdiendo el derecho a ser cuidados por sus padres. Incluso existe un nombre especial para las familias en las que tanto la madre como el padre están detenidos: «familias con doble detención».
Anteriormente, Bitter Winter había brindado información sobre una casa de acogida situada en la zona más nueva del poblado del condado de Qapqal, en la Prefectura Autónoma Kazaja de Ilí. «Casa de acogida» es otro nombre eufemístico dado por las autoridades chinas a las instalaciones en las cuales alojan y adoctrinan a los niños cuyos padres han sido arrestados.
Esta casa de acogida comenzó a funcionar en agosto de 2018. A diferencia de las escuelas comunes, al ingresar a esta instalación, los visitantes deben registrar su información de identificación en una sala de seguridad especial y las pertenencias personales deben pasar por un control de seguridad.
Puestos de vigilancia altamente protegidos, alambre de púas en los muros, cámaras de vigilancia colocadas por todas partes, cascos y otros artículos pertenecientes a equipos de control de disturbios ubicados en la primera habitación dentro del edificio de dormitorios parecen decirle a la gente que no se trata de una escuela común. Un mapa de China cuelga de las paredes del dormitorio junto con consignas propagandísticas tales como «Soy chino, amo a mi país» y «Siempre sigue al Partido”. Tales exhibiciones parecen familiares. Recuerdan a las instalaciones situadas en el interior de los campamentos de transformación por medio de educación.
El Gobierno incluso asigna a un instructor militar para que les brinde entrenamiento militar a estos niños pequeños.
A pesar de que en el hogar de acogida existen una amplia gama de servicios, esto no parece compensar el dolor que sienten los niños por haber perdido a sus padres
Según una maestra del «hogar de acogida», tan pronto como llega la noche, los niños lloran porque quieren ir a sus hogares a ver a sus padres. Esto implica un gran dolor de cabeza para estos maestros, quienes han sido obligados por el Gobierno a ocupar dichos puestos.
Un maestro dijo: “Muchos maestros se han agotado. No existe una solución. Independientemente de si eres un chino de etnia han o uigur, ni bien digas algo incorrecto, serás enviado a ‘estudiar’ por un período de tiempo indefinido, dejando tu hogar desatendido, y tus hijos serán enviados a esta casa de acogida para recibir educación. La política de este año es mantener la estabilidad en lugar de trabajar».
La angustia emocional no es un fenómeno aislado. Un maestro que anteriormente trabajaba en un «hogar de bienestar» (el cual es similar en naturaleza a un albergue) en la ciudad de Bole le dijo a Bitter Winter que más de 200 niños uigures que se encuentran albergados en esa instalación tenían un estado de ánimo muy inestable. Algunos de ellos incluso trataron de ingerir detergente para la ropa o tragar huesos de pescado para hacerse daño. Y varios preguntaron: «¿Es esto [el hogar de bienestar] una cárcel?».
Un funcionario de prisiones de Sinkiang dijo: “En lo que respecta a la educación de niños pertenecientes a minorías étnicas, el Gobierno les brinda una educación rígida y aislada. Con oficiales de policía de seguridad pública como sus maestros, los jóvenes uigures se ven obligados a estudiar un plan de estudios chino uniforme organizado por el Gobierno: deben hablar chino, comer cerdo, usar ropa propia de la etnia han y vivir de acuerdo con las costumbres y tradiciones del pueblo han. Los mismos están restringidos a este entorno, sin posibilidades de ponerse en contacto con el mundo exterior. Al ser adoctrinados mediante una educación de mano dura y obligatoria, estos niños pertenecientes a minorías étnicas se vuelven inconscientemente obedientes al Gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh)».
En el año 2017, han aparecido en Sinkiang una gran cantidad de escuelas “Corazón Amoroso” similares, así como también campamentos de transformación por medio de educación. Según fuentes, solo en el condado de Lop, se han construido 11 guarderías “Corazón Amoroso” (para niños de 1 a 3 años) y nueve jardines de infantes (para niños de 3 a 6 años). Se han establecido siete clases de guardería “Corazón Amoroso” a tiempo completo en escuelas secundarias júnior y sénior. Entre ellos, la clase de guardería a tiempo completo del Jardín de Infantes Corazón Amoroso de Xinhua les imparte educación a 150 niños pequeños de 1 a 3 años. El jardín de infantes “Corazón Amoroso” de Yudu le imparte educación a más de 500 niños de 3 a 6 años. La Escuela Primaria Nro. 3 del Condado de Lop educa a más de 900 niños (de 7 a 16 años) procedentes de «familias con doble detención». Solo en el condado de Lop, 2000 niños se encuentran bajo custodia.
Cuando la entrevista estaba llegando a su fin, una gran cantidad de niños uigures fueron enviados a la casa de acogida emplazada en el condado de Qapqal. Entre ellos, el mayor tiene aproximadamente 17 o 18 años y el más joven solo tiene tres años. Mientras esperaban para registrarse, los niños miraban a la distancia con expresiones de perplejidad en sus rostros. Quizás este sea el último rato libre que tendrán antes de ser sometidos a adoctrinamiento estatal.
Información de Chang Xin