El PCCh considera cualquier vínculo que los creyentes chinos tengan con el extranjero como una «infiltración extranjera» que amenaza su régimen. Todo vínculo de este tipo es investigado y cortado.
por Li Mingxuan
El año pasado, el Departamento de Trabajo del Frente Unido y el Ministerio de Seguridad Pública adoptaron conjuntamente el Plan de trabajo de la operación especial para investigar y lidiar con la infiltración cristiana extranjera según la ley. Como consecuencia de ello, la represión de iglesias vinculadas al extranjero se intensificó significativamente a lo largo de toda China. Numerosos grupos religiosos fueron sometidos a exhaustivas investigaciones, las cuales incluyeron la verificación de sus antecedentes, de su entorno organizacional, membresía, evangelismo en línea y finanzas. Posteriormente, una gran cantidad de iglesias fueron clausuradas.
En el mes de febrero, la Agencia de Asuntos Religiosos de la provincia de Jilin emitió un documento en el que exigía investigar y reprimir las iglesias relacionadas con grupos religiosos extranjeros o financiadas por ellos, así como también bloquear sus actividades en línea.
Durante el mismo mes, en la provincia oriental de Shandong, agentes de seguridad nacional interrogaron al pastor de una iglesia doméstica por haber efectuado actividades evangélicas en el extranjero. El mismo fue interrogado durante horas, haciendo especial hincapié en su reciente viaje y en quién lo había financiado. Se le advirtió que no volviera a viajar al extranjero para evangelizar, y su teléfono móvil fue puesto bajo vigilancia.
«El Partido Comunista Chino [PCCh] prohíbe la evangelización y no permite que las personas tengan creencias religiosas», comentó un diácono de la iglesia del pastor. «Temen que el pastor pueda reintroducir pensamientos religiosos extranjeros, lo cual podría amenazar su régimen».
Una iglesia vinculada con Corea del Sur emplazada en la ciudad de Yantai de Shandong detuvo la celebración de reuniones debido a la pandemia de coronavirus. Aún así, el Gobierno local ni siquiera flexibilizó el control sobre la misma tras la reducción de las restricciones impuestas durante el cierre de emergencia. A mediados de marzo, citando las Reglas para la implementación de las disposiciones sobre la gestión de las actividades religiosas llevadas a cabo por extranjeros dentro del territorio de la República Popular China, las cuales establecen que “dentro del territorio chino, las personas extranjeras no pueden establecer organizaciones religiosas, instituir oficinas religiosas, establecer sitios para actividades religiosas, dirigir instituciones religiosas ni impartir clases religiosas bajo ningún nombre o forma”, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos local le prohibió al director de la iglesia aceptar predicadores procedentes del extranjero. El mismo fue amenazado con ser penalmente responsabilizado si no acataba dicha orden.
El 26 de noviembre de 2019, una iglesia establecida por un pastor surcoreano celebró una reunión de 2 días de duración en un hotel emplazado en Yancheng, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia oriental de Jiangsu. Para evitar ser denunciados a la policía, los aproximadamente 60 participantes fingieron asistir a un curso de capacitación en psicología y pedagogía. A ninguno de los asistentes se le permitió tomar ni publicar fotos en sus cuentas de redes sociales.
A pesar de las precauciones de seguridad, las autoridades lograron descubrir la reunión. Justo antes de que finalizara, varios agentes de policía irrumpieron en el hotel y arrestaron a más de 40 creyentes; los restantes lograron escapar. Los feligreses fueron llevados a una estación de policía local para ser interrogados. Uno de los creyentes le dijo a Bitter Winter que los oficiales de policía les dijeron que la iglesia era vigilada desde hacía bastante tiempo debido a sospechas de «infiltración religiosa». Seis de los arrestados permanecieron detenidos durante 14 días.
El 30 de mayo del año pasado, dos oficiales de seguridad nacional irrumpieron en el hogar de un pastor de la Iglesia de las Tres Autonomías emplazado en la ciudad de Binzhou de Shandong. Le dijeron que mientras lo vigilaban habían interceptado una comunicación con una iglesia surcoreana. El pastor fue interrogado sobre las donaciones procedentes de dicha iglesia y se le advirtió que los contactos con iglesias extranjeras «eran considerados espionaje, lo cual podría acarrear graves consecuencias». Los oficiales confiscaron su teléfono móvil y su computadora.
Como resultado de las «medidas anti-infiltración», una gran cantidad de misioneros extranjeros han sido detenidos y deportados de China durante los últimos años. En febrero de 2019, un pastor surcoreano fue arrestado mientras asistía a una reunión de predicación celebrada en un hotel emplazado en la ciudad de Lianyungang de Jiangsu. Un miembro de una iglesia local le dijo a Bitter Winter que los nueve predicadores de la iglesia, quienes habían sido arrestados junto con el pastor, fueron advertidos de no seguir sus enseñanzas. La policía confiscó la computadora del pastor y luego lo repatrió.
El 5 de julio del año pasado, en la provincia sureña de Cantón, la Agencia de Asuntos Religiosos local convocó a una pastora de una iglesia doméstica procedente de Taiwán y le dijo que a los extranjeros no se les permitía participar en actividades religiosas en China. La mujer fue amenazada con ser deportada si se la descubría una vez más participando en actividades religiosas. Se le prohibió regresar a la iglesia y fue puesta bajo vigilancia. La iglesia fue clausurada poco tiempo después bajo el pretexto de que “estaba perturbando a la gente”.