El Gobierno estuvo acosando a esta iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la provincia de Henán durante aproximadamente un año porque su pastor se oponía a los requisitos de «sinización» de la religión.
por Han Sheng
El 6 de diciembre de 2019, ensordecedores sonidos de escombros cayendo y denso polvo llenaron el aire de la zona del condado de Yuanyang, en la provincia de Henán, donde excavadoras y topadoras estaban demoliendo un gran edificio que ocupaba 2,3 acres (aproximadamente 9333 metros cuadrados) de terreno. El edificio era una iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno, construida en el año 2007.
Ese día, todos los caminos que conducían a la iglesia fueron acordonados y más de 300 oficiales, entre los que se incluían miembros de la policía especial y antidisturbios, así como también personal de gestión urbana, vigilaron el área, prohibiendo que la gente se acercara. Oficiales de civil especialmente asignados monitorearon de cerca las tiendas y los edificios residenciales cercanos, impidiendo que alguien pudiera registrar la demolición. A las 4 de la tarde, cuando los funcionarios gubernamentales comenzaron a abandonar el área, solo quedaban en pie algunas partes de los muros perimetrales de la iglesia.
Los miembros de la congregación publicaron llamamientos en las redes sociales, con la esperanza de llamar la atención sobre la persecución que su iglesia estaba padeciendo a manos del Gobierno y para pedirles a otros creyentes que oraran por ellos. De acuerdo con la información en uno de los mensajes, la construcción de la iglesia había costado 30 millones de yuanes (alrededor de 4 344 500 de dólares), los cuales habían sido donados por los creyentes, y la misma contaba con todos los permisos de uso de la tierra, planificación y actividad requeridos. La publicación también mencionaba que el Gobierno del condado de Yuanyang le había vendido el terreno de la iglesia a un constructor.
Video: Un mensaje de video publicado por un creyente sobre la iglesia perseguida.
El artículo 50 de los nuevos Reglamentos sobre Asuntos Religiosos, los cuales entraron en vigor en el año 2018, estipula que el uso legítimo de los terrenos y la propiedad, o el uso de los edificios, estructuras e instalaciones de los sitios de actividad religiosa están protegidos por la ley, y sus activos legítimos no deben ser saqueados ni dañados por ningún tipo de organización o individuo. ¿Por qué entonces esta iglesia aprobada por el Gobierno, la cual poseía todos los permisos legalmente requeridos, en lugar de estar protegida por la ley fue demolida?
Miembros de la congregación le dijeron a Bitter Winter que el Gobierno había comenzado a perseguir a su iglesia a principios del año 2019, cuando el pastor Li, quien estaba a cargo del lugar de culto, se negó a quitar la cruz y a izar la bandera nacional en la misma. Este último es uno de los llamados «cuatro requisitos» impuestos a los lugares de culto certificados como parte de la campaña de «sinización» de la religión.
«El 21 de febrero de 2019, la policía detuvo al pastor Li, acusándolo de ‘interferir con la función pública y desobedecer al Gobierno’», explicó uno de los creyentes.
En el mes de julio, el Gobierno local clausuró la iglesia, prohibiendo que los creyentes se reunieran, y el 15 de noviembre se hizo cargo de su administración por completo. El 21 de noviembre, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos del condado emitió una decisión administrativa para revocar el certificado de registro de la iglesia, afirmando que «la prolongada y caótica gestión financiera equivalía a un acto ilegal particularmente grave».
«Esta es una orden oficial y deben aceptarla», se les dijo a los miembros de la congregación cuando le rogaron a la Agencia que reconsiderara la decisión de revocar el certificado. Los funcionarios explicaron que estas medidas habían sido implementadas porque el pastor Li se había negado a obedecer las órdenes del Gobierno.
Dos semanas después de la revocación del certificado, el Gobierno del condado tomó posesión de todos los bienes de la iglesia y ordenó su demolición.
“La iglesia había sido construida con el dinero de los creyentes y era legal. ¿Por qué fue demolida por el Gobierno?”, preguntó un residente no religioso, sumamente enojado por la destrucción. «Publicaré las fotos que tomé para mostrar cuán malvado es el Gobierno».
«El Gobierno destruyó la iglesia para que dejáramos de practicar nuestra fe», le dijo a Bitter Winter un miembro de la congregación. «Pueden demoler los lugares de culto, pero no pueden sacar a Dios de nuestros corazones».