Incluso los miembros del clero católico aprobados por el Estado son sometidos a una severa persecución cuando comienzan a cuestionar las opresivas políticas religiosas del PCCh.
por Tang Feng
El padre Liu Jiangdong, ordenado en el año 2005 y respaldado por el Gobierno comunista, se desempeñó como sacerdote en la iglesia católica de la calle Minggong, también conocida como la Iglesia del Sagrado Corazón, emplazada en el distrito de Erqi de Zhengzhou, la capital de la provincia de Henán. También fue el director del Comité de Gestión Democrática, un organismo de toma de decisiones de la Iglesia aprobado por el Estado. En septiembre de 2018, la Asociación Patriótica Católica China (APCC) y la Agencia de Asuntos Religiosos de Zhengzhou acusaron al sacerdote de treinta años de «no tener sus estados financieros en orden» y de «utilizar dinero público para fines privados». Según AsiaNews, la verdadera razón de la persecución fue su negativa a seguir las regulaciones gubernamentales. El mismo también fue considerado «demasiado activo con los jóvenes» e «hizo demasiado» por su congregación. El padre Liu permaneció aislado durante una semana, su certificado de sacerdocio fue suspendido y fue relevado de todos sus deberes clericales.
El padre Liu fue arrestado un mes después, el 10 de octubre, y un tiempo más tarde fue sentenciado a prisión durante un plazo de un año y dos meses.
Un católico de la diócesis le dijo a Bitter Winter que el padre Liu le había explicado que una empresa de contabilidad auditaba las cuentas financieras de la iglesia anualmente, por lo que estaban en orden. De todos modos, las autoridades repetidamente amenazaron con castigarlo porque no acataba sus órdenes.
Otra fuente procedente de la diócesis confirmó estas declaraciones. El mismo añadió que un abogado que había sido contratado por la familia del sacerdote para defenderlo había revelado en privado que el encarcelamiento del padre Liu no había tenido nada que ver con las cuentas de la iglesia: el Gobierno simplemente quería expulsarlo de la iglesia y de la provincia por no seguir sus políticas religiosas. La fuente además afirmó que el padre Liu también se había resistido a la remoción de la cruz del campanario de la iglesia, había insistido en establecer la Fraternidad Juvenil del Amor Sagrado y había permitido que menores de 18 años ingresaran a la iglesia, lo cual va en contra de los nuevos Reglamentos sobre Asuntos Religiosos.
El Gobierno ha estado utilizando el caso del padre Liu como ejemplo para obligar a otros sacerdotes a seguir la línea del Partido. “Solo miren la vida del padre Liu: vive en una casa de detención», a menudo los funcionarios les dicen esto a los miembros del clero que se niegan a unirse a la APCC o que no siguen las órdenes del Partido Comunista Chino (PCCh), tal y como hizo Liu Jiangdong. En el actual clima de persecución religiosa, incluso las cinco religiones oficialmente reconocidas en China enfrentan limitaciones y un creciente acoso por parte del Estado.
El padre Liu fue liberado el 9 de diciembre de 2019, tras cumplir su condena en la casa de detención. El 1 de enero de 2020, regresó a su iglesia de Zhengzhou, donde había servido durante 13 años, pero descubrió que la cerradura de su residencia había sido cambiada. Un creyente local le dijo a Bitter Winter que cuando los colaboradores de la iglesia lo dejaron entrar, el padre Liu se dio cuenta de que su casa había sido registrada y que muchas de sus pertenencias habían desaparecido.
El 10 de enero, la Agencia de Asuntos Religiosos y la Agencia de Seguridad local convocaron al sacerdote y le ordenaron abandonar la diócesis de Zhengzhou al día siguiente.
“Querían expulsar al padre Liu de la iglesia y de la provincia de Henán», le dijo una feligresa a Bitter Winter. La misma añadió que desde el mismo día en que el padre Liu fue liberado de prisión, las autoridades comenzaron a vigilarlo y a controlar sus llamadas telefónicas. Los miembros de su antigua congregación fueron amenazados con una multa de hasta 200 000 yuanes (alrededor de 29 000 dólares) si le daban cobijo o lo invitaban a celebrar misa en sus hogares. “Nadie se atreve a acogerlo, actualmente se encuentra sin hogar y arrinconado”, afirmó la mujer.
Tras la firma del acuerdo entre el Vaticano y China del 2018, la situación de los objetores de conciencia católicos continúa deteriorándose: los mismos son frecuentemente acosados y perseguidos. El 4 de marzo de 2019, el padre Liu Quanfa, administrador de la diócesis de Zhengzhou y sacerdote de la iglesia de la calle Minggong, fue destituido por no haber reconocido el liderazgo del administrador diocesano designado por el PCCh.
Según un informe de AsiaNews, cinco parroquias de la diócesis de Mindong, en la provincia de Fujian, fueron clausuradas el mes pasado luego de que se les cortara su suministro de agua y electricidad por no cumplir con los «estándares de seguridad contra incendios». Los sacerdotes que se negaron a unirse a la APCC fueron expulsados y monseñor Guo Xijin, el obispo auxiliar de la diócesis, fue expulsado de su residencia y se quedó sin hogar.