El residente de la ciudad de Ningde, situada en la provincia suroriental de Fujian, cuestionó la afición por el socialismo del Estado chino y solicitó la implementación de reformas constitucionales.
En febrero de este año, Ye Zhenhui (seudónimo) compartió sus opiniones en un grupo de WeChat que incluía a otras cinco personas. Escribió que China se ha desviado de su objetivo de poner en funcionamiento un «socialismo con características chinas» y que era necesario implementar reformas constitucionales para poder recuperar el apoyo popular. También compartió su opinión sobre cómo la religión, la política y los valores universales podrían ser utilizados para desarrollar una China del siglo XXI.
No obstante, en el mes de mayo, dos oficiales de policía se presentaron en el hogar del Sr. Ye y, sin presentar una orden judicial, lo escoltaron hasta la estación de policía local.
La policía confiscó su teléfono celular y lo amenazó afirmando que, si publicaba nuevamente comentarios en WeChat, sería arrestado y encarcelado. Agregaron que, si alguien en el condado publicaba su opinión personal en las redes sociales, el Gobierno recortaría los fondos destinados al poblado. El Sr. Ye se vio obligado a firmar una «garantía en la que se comprometía a no publicar comentarios en las redes sociales» por escrito antes de ser liberado.
Su pesadilla no terminó allí, el Departamento de Educación convocó una reunión de maestros en el área y revocó el derecho del Sr. Ye de enseñar cualquier tipo de curso significativo.
El Sr. Ye había trabajado anteriormente como reportero para el comité del Partido del condado. No obstante, luego de que su empleador descubrió que era cristiano, su candidatura para permanecer en el cargo fue cancelada.
Según informes, el PCCh puso en marcha y está creando nuevas iniciativas para controlar las opiniones públicas en línea. Bitter Winter informó recientemente sobre un documento confidencial adoptado en Henán, el cual propone llevar a cabo tareas de “transformación por medio de educación” en línea dirigidas a líderes de opinión, entre los que se incluyen académicos, celebridades y estrellas del pop. Cualquier persona que publique contenido religioso «nocivo» deberá ser investigada y castigada para así guiar la opinión pública, afirma el documento.
Mientras tanto, el estado chino también ha estado tomando medidas enérgicas contra los informes que presentan al país bajo una luz negativa. Por ejemplo, una cuenta de WeChat, Caijing Jizhe Zhan, fue desactivada permanentemente por denunciar un incidente de robo de ataúdes en Jiangxi. En otro caso, un reportero radicado en Zhejiang fue incluido en una lista negra por denunciar irregularidades en los baños de una atracción turística. Posteriormente, también fue sacado del grupo de Reporteros del Comité de Gestión.
Informado por Lin Yijiang