Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
La manifestación del 8 de agosto de 2018, con 30,000 musulmanes impidiendo la demolición de una mezquita en las afueras de Sinkiang, demuestra que China está tomando medidas enérgicas contra el Islam per se, no solo contra el "separatismo Uigur".
Bitter Winter visitó dos comunidades residenciales de la ciudad de Shihezi que contienen rastros de la brutal represión llevada a cabo por el PCCh contra el pueblo hui.
El régimen comunista continúa «sinizando» mezquitas por la fuerza, demoliendo los símbolos islámicos y reemplazándolos con estructuras de estilo chino.
Basándose en las experiencias de Sinkiang, el PCCh intensifica sus políticas represivas contra el islam en otras regiones «autónomas» habitadas por musulmanes étnicos.
Las mezquitas de toda China están siendo «sinizadas» por el régimen que les impone por la fuerza la ideología comunista a los fieles, eliminando los principios y valores religiosos de sus vidas.
Los musulmanes que residen fuera de Sinkiang enfrentan una creciente represión, ya que el PCCh elimina los símbolos de su fe, controla las mezquitas y está ejecutando un plan quinquenal para «sinizar» el islam.
Al tiempo que quita domos y los símbolos de la luna creciente y la estrella de las mezquitas, el PCCh intensifica el control sobre los imanes y acelera su “transformación ideológica”.
Como parte del plan para reformar el islam en un plazo de cinco años, se remodelaron mezquitas para que parecieran chinas y se reprimió la cultura hui, provocando enojo entre los residentes musulmanes de la capital de Henán.
El Partido Comunista Chino continúa aniquilando las tradiciones musulmanas en las zonas habitadas por personas de etnia hui mediante la demolición de la arquitectura y los símbolos islámicos; los carteles escritos en árabe están estrictamente prohibidos.
Detrás de la imagen de «una feliz familia de naciones», pintada para los juegos deportivos de las minorías étnicas en Henán, se esconde la dura realidad de la persecución religiosa.
Mientras el PCCh lleva a cabo su campaña tendiente a «sinizar» el islam por todo el país, los símbolos de luna creciente y estrella y las tradicionales cúpulas van desapareciendo.
Aclamados durante años por su lealtad al PCCh, los «musulmanes buenos» están perdiendo su estatus preferencial y se convierten en víctimas de persecuciones solo a causa de su origen étnico y su fe.
El PCCh está “sinificando” a los musulmanes fuera de Sinkiang, eliminando su cultura y su religión como parte del plan de cinco años. Los símbolos relacionados con el islam son los primeros en irse.
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