Un activista que luchaba por los derechos de los aldeanos en Fujian fue condenado recientemente a 11 años de prisión. Bitter Winter repasa los eventos que llevaron al arresto de Li Xinlin y de otras seis personas, cuyo juicio ha sido disfrazado por las autoridades chinas como una «lucha contra el crimen organizado».
por Lin Yijiang
En agosto de este año, medios de comunicación controlados por el Gobierno en China informaron ampliamente sobre el juicio de Li Xinlin y de otros seis activistas que se enfrentaron a las autoridades para luchar contra la injusta recuperación de tierras en la ciudad de Putián, en el distrito de Hanjiang.
Presentado como un caso ejemplificador de «erradicación del crimen y eliminación del mal» – una operación puesta en marcha a nivel nacional contra el crimen organizado – el juicio culminó cuando el Tribunal del Distrito de Hanjiang sentenció a Li Xinlin a 11 años de prisión y al pago de una multa de 220 000 yuanes (aproximadamente 30 000 dólares). Los otros seis acusados fueron condenados a penas de prisión de uno a dos años.
Los problemas en la aldea de Licuo comenzaron cuando, en enero de 2013, como parte del plan de recuperación de tierras, el Gobierno del distrito de Hanjiang se apoderó de los territorios fangosos y de los campos de cultivo de tres aldeas costeras. Las 15 200 hectáreas (aproximadamente 10 000 000 m2) de terrenos fangosos de una de las aldeas, Licuo, han sido reducidas a la mitad como consecuencia de dicho plan. La cantidad de dinero por unidad de área que las autoridades ofrecieron por la tierra reutilizada fue menos de un cuarto de lo que exigían las regulaciones y, debido a ello, los aldeanos se negaron a firmar el acuerdo de compensación.
Un año después, tratando de buscar justicia, los aldeanos, liderados por Li Xinlin, enviaron una petición a la Oficina de Cartas y Llamadas de la Ciudad de Putián. Como no recibieron ninguna respuesta por parte de las autoridades, contrataron a los abogados Yang Zaiming y Zhang Xinsheng para que los mismos defendieran sus derechos legales.
Esta acción enojó a las autoridades, y el 5 de junio de 2014, la policía detuvo a Li Xinlin bajo cargos de «reunir a una multitud para alterar el orden público», y lo mantuvo encarcelado en el Primer Centro de Detención de la Ciudad de Putián durante 253 días.
Mientras Li Xinlin se encontraba detenido, el Gobierno local envió a más de 30 matones para que golpearan a los dos abogados contratados por los aldeanos. Como consecuencia de dicho ataque, a Yang Zaiming le quebraron una costilla y Zhang Xinsheng sufrió heridas leves.
El 11 de junio, en un intento para forzar una vez más a los aldeanos a firmar el acuerdo de compensación, el Gobierno local envió a Licuo a más de 300 agentes de policía. Los oficiales alegaron que algunos de los edificios de la aldea habían sido construidos sin contar con los permisos requeridos, y que serían demolidos si los aldeanos no firmaban el acuerdo. A pesar de las amenazas e intimidaciones, los aldeanos se negaron a firmar, y los oficiales de policía comenzaron a dañar varias casas de la aldea.
A finales del año 2016, Li Xinlin, liberado de la detención, fue elegido como director de la aldea. Los funcionarios gubernamentales han intentado coaccionarlo para que abandone la lucha, prometiendo otorgarle cientos de miles de yuanes y una promoción, lo cual él rechazó.
El 22 de marzo de 2018, funcionarios del Gobierno local invitaron a Li Xinlin y a seis aldeanos, entre los cuales había tres funcionarios gubernamentales de la aldea, a una reunión, pero los mismos fueron arrestaron inmediatamente cuando llegaron al lugar. Tal y como luego se hizo público, la operación de arresto fue organizada como parte de la campaña para «erradicar el crimen y eliminar el mal», ya que Li Xinlin era sospechoso de «soborno y fraude» y «destrucción deliberada de propiedad».
Según una fuente interna, las autoridades inventaron el cargo de «soborno y fraude» basándose en el hecho de que en el año 2014, los aldeanos recaudaron 2.96 millones de yuanes (aproximadamente 420 000 dólares) que serían utilizados para pagar los gastos en su proceso de lucha contra la apropiación de tierras, incluyendo los honorarios de los abogados en Pekín. El dinero restante fue confiscado luego de que se dio a conocer el fallo definitivo del tribunal.
El cargo de «destrucción deliberada de propiedad» ha sido inventado al manipular los hechos que rodearon la demolición de un antiguo mercado emplazado en la aldea de Licuo. Durante el mandato de Li Xinlin como director de la aldea, el comité de la aldea tomó la decisión de comprar el antiguo mercado de Honggouli (su sistema de alcantarillado defectuoso estaba inundando las calles y causando contaminación, y durante mucho tiempo había sido utilizado como una fuente de protesta pública) y transformarlo en un parque. La decisión de demoler los edificios que formaban parte del mercado y la consiguiente construcción de un parque recreativo fue apoyada abrumadoramente por los habitantes de la aldea.
Según un aldeano que quiso permanecer en el anonimato, “Cuando los aldeanos pidieron ayuda para poder resolver los problemas relacionados con el mercado, el Gobierno simplemente hizo oídos sordos a sus reclamos, mientras que Li Xinlin resolvió el problema. Y ahora están inventando acusaciones falsas y le están tendiendo una trampa”.
El aldeano cree que Li Xinlin fue arrestado por el incidente de recuperación de tierras para que nadie se anime a actuar en nombre de la aldea de Licuo. «Los cargos de reunir a una multitud para perturbar el orden público y destrucción deliberada de propiedad no poseen sustento alguno. Li Xinlin no tuvo nada que ver con eso y podemos dar testimonio de ello».
Según Li Xinlin, mientras estuvo detenido antes de su juicio, lo mantuvieron encerrado en una jaula de metal colocada en un cobertizo lleno de tablones de espuma. «No me permitían dormir y, para lograrlo, proyectaban una luz brillante directamente sobre mi rostro. Esto se prolongó durante más de 20 días. Quería acabar con todo y decidí escribir una carta en la que detallaba mis últimos deseos utilizando mi sangre, pero me di cuenta de que no serviría de nada, ya que no le podía entregar la carta a nadie. Si me suicidaba, la injusticia que habían cometido habría quedado sin ser resuelta, por lo cual seguí luchando”.
Él fue torturado durante 49 días. Cada día, le daban de comer de 2 a 3 bocados de arroz. “Cuando tenía hambre, solo bebía agua como loco. Cuando iba al baño, cuatro matones dirigidos por los guardias me rodeaban y me golpeaban. Solía pesar 85 kilogramos, y ahora peso solo un poco más de 50 kilogramos».
Desde su puesta en marcha en enero de este año, las autoridades del Partido Comunista han utilizado la operación de «erradicación del crimen y eliminación del mal» para reprimir a disidentes, a activistas de derechos civiles y a grupos religiosos, clasificándolos como «extremistas criminales» y «sindicatos del crimen».