A fines del año pasado, la capital de Hubei se preparaba para recibir al equipo de inspección del Gobierno central mediante la implementación de más medidas de represión religiosa.
por Cai Congxin
En octubre de 2019, el Comité Municipal de Asuntos Étnicos y Religiosos de Wuhan, la capital de la provincia de Hubei, emitió el Plan propuesto para acoger la inspección de “retorno” del trabajo religioso por parte del Gobierno central, la cual exigía nuevas campañas de rectificación a partir del 1 de noviembre. El objetivo de la visita de «retorno» del equipo de inspección central era verificar cómo estaban siendo implementadas las políticas religiosas a nivel local, antes de comenzar una nueva ronda de represiones.
En el documento se enumeran 15 exigencias principales para los lugares religiosos administrados por el Estado, entre las que se incluye el izamiento de la bandera nacional, la prohibición total de las publicaciones que no estén oficialmente aprobadas y la prohibición de la formación teológica en los lugares de culto. Para garantizar el control a largo plazo de los lugares, el documento también exige implementar diversos esquemas de supervisión mediante la realización de inspecciones periódicas y la certificación de la responsabilidad personal y la rendición de cuentas de los funcionarios del Gobierno local responsables del trabajo religioso.
El 1 de noviembre, el Comité Municipal de Asuntos Étnicos y Religiosos de Wuhan convocó una reunión para los responsables de los lugares religiosos oficialmente aprobados para hablar sobre la implementación del Plan. Durante la reunión se hizo hincapié en que cualquier lugar religioso que permita el ingreso de menores, extranjeros o miembros del Partido deberá ser clausurado de forma inmediata.
Al día siguiente, los funcionarios ordenaron demoler la estatua de “Kwan Yin observando el lago” que se encontraba situada en el Templo de Wuzhu. El templo fue clausurado y diez días después el ícono fue destruido.
El 8 de noviembre, la Comisión Municipal de Inspección Disciplinaria de Wuhan emitió un aviso en el que exigía clausurar todas las tiendas que vendieran productos budistas en los alrededores del famoso Templo de Guiyuan, el cual también es la sede de las secciones provinciales y municipales de la Asociación Budista China. Durante el Año Nuevo Chino, acudir al templo a rezar es considerado uno de los eventos más importantes de Wuhan.
El 11 de noviembre, funcionarios locales allanaron una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la ciudad por acoger a aproximadamente 80 cristianos extranjeros, amenazando con clausurarla si el lugar continuaba aceptando creyentes extranjeros, lo cual infringe las regulaciones gubernamentales.
Durante las medidas represivas del año pasado, implementadas previo a los Juegos Militares Mundiales celebrados en Wuhan a fines de octubre, numerosos lugares religiosos fueron clausurados en aras del «mantenimiento de la estabilidad». Según la información recibida por Bitter Winter, de marzo a octubre de 2019, al menos 40 iglesias protestantes, tanto de las Tres Autonomías como domésticas, y diez templos budistas y taoístas fueron demolidos o sellados. Otros lugares de culto, incluidos los aprobados por el Estado, tales como la Verdadera Iglesia de Jesús, fueron objeto de un sistemático hostigamiento.