El Tribunal de Roma concedió asilo a una miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso, reconociendo que la Iglesia es perseguida en China.
Amalia Astori and Laura Bondi
En el año 2011, la Sra. L.Z., ciudadana china de cuarenta y seis años, se convirtió en miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT), la cual le había brindado ayuda durante un difícil período de su vida.
Debido a que la IDT es perseguida en China, la Sra. L.Z. se reunía en secreto una vez por semana con otros fieles de la Iglesia, en diferentes hogares, para rezar y leer las sagradas escrituras del movimiento. En el año 2014, la policía irrumpió en el lugar en el cual se estaba celebrando una reunión. La Sra. L.Z. logró escapar por la puerta trasera y esconderse en un campo de maíz situado detrás del mismo.
El 17 de octubre de 2015, luego de que una de sus conversaciones telefónicas fuera intervenida, la Sra. L.Z. fue arrestada y llevada hasta la oficina de policía local, donde fue interrogada para que revelara los nombres de los otros miembros de la IDT de la zona. Durante el interrogatorio, sufrió golpizas y malos tratos. Ella fue liberada gracias a su esposo, quien pudo corromper a la policía con la ayuda de algunos conocidos.
Posteriormente, fue convocada por el jefe de su distrito y forzada a asistir a una clase de reeducación, donde se vio obligada a abandonar su fe y a proclamar su adhesión a la ideología del partido gobernante. Además, la hermana fue sometida a estricta vigilancia.
De hecho, la IDT se encuentra entre los grupos religiosos que el Gobierno chino ha calificado como «enseñanzas heterodoxas» (xie jiao), y sus miembros son habitualmente sometidos a persecución, arrestos y torturas. Además, la IDT es perseguida por ser considerada una enemiga del Partido Comunista Chino (PCCh). De más está decir que no existe libertad religiosa en China.
A causa de este régimen represivo, la señora L.Z. decidió abandonar su país y llegó a Italia, donde presentó una solicitud de asilo. La Comisión Territorial de Roma (Commissione Territoriale di Roma, la autoridad administrativa local responsable de examinar las solicitudes de protección internacional), rechazó la solicitud ya que consideró que su historia no era creíble.
La Sra. L.Z., con la ayuda de abogadas especializadas en leyes de inmigración, presentó una apelación ante el Tribunal de Roma a fin de que se le reconocieran sus derechos. El caso duró un año y medio. La defensa de la solicitante documentó las persecuciones sufridas por los miembros de la IDT en China, presentándole al juez varios informes internacionales autorizados que demostraban que la historia de la Sra. L.Z. era realmente cierta. Además, la Sra. L.Z le presentó al juez una declaración oficial en la que se demostraba que ella era miembro de la IDT, emitida por el presidente de la rama de la Iglesia en Roma. Los artículos académicos escritos por los profesores Introvigne y Zoccatelli, en los cuales los autores ilustraron la teología y la situación de la IDT, de una manera consistente con las declaraciones de la Sra. L.Z., fueron muy importantes. De hecho, los artículos académicos y los documentos oficiales preparados por el grupo de expertos a cargo del profesor Introvigne fueron decisivos para el éxito del juicio, así como también lo fueron la presentación de antecedentes legales. Las sentencias presentadas por las abogadas de la Sra. L.Z. demostraron que en varias ciudades italianas algunos jueces ya les habían otorgado asilo a refugiados pertenecientes a la IDT.
La Corte consideró genuina tanto la fe como la persecución sufrida por la Sra. L.Z., así como su temor de sufrir «tratos inhumanos y degradantes» si regresaba a su país de origen. China fue declarado un país donde los refugiados por razones de religión padecerían «graves daños» si regresaran a su hogar. Como consecuencia de ello, el juez le otorgó protección internacional a la Sra. L.Z., confirmando otras decisiones procedentes de tribunales de toda Italia y de la misma Roma, quienes han reconocido la realidad de la persecución religiosa a la que se ven sometidos los miembros de la IDT en China.
Amalia Astori y Laura Bondi son abogadas colegiadas del Colegio de Abogados de Roma y especializadas en leyes de inmigración.