Para evitar la aparición pública de cualquier tipo de contenido antigubernamental, el PCCh está tomando medidas para controlar el contenido de las pantallas controladas por computadora.
Zhang Wenshu
El 8 de abril, los visitantes del departamento de emergencias del Hospital del Condado de Gaoyang, emplazado en la ciudad de Baoding, en la provincia china norteña de Hebei, se encontraron con una consigna contraria a China en el panel de una pantalla LED situada en la parte superior de la entrada. La consigna, que incluía las frases «Derrocar al imperialismo chino» y «Larga vida a Japón», aparecieron como resultado de un hackeo, presuntamente realizado por un hombre local de 31 años, apellidado Li, quien más tarde fue arrestado por la policía. Se dice que el hombre trabajaba para una empresa especializada en tecnología de comunicaciones y utilizó un teléfono móvil para conectarse a la pantalla LED del hospital y así publicar comentarios considerados «insultantes para China».
El suceso acaecido en Gaoyang, al parecer, ha provocado que las autoridades provinciales de seguridad pública implementen medidas tendientes a evitar que ocurran más hackeos de ese tipo. Poco después del incidente del hospital, el 26 de abril, el director de una escuela primaria emplazada en un condado de Hebei, bajo la jurisdicción de la ciudad de Handan, recibió una notificación procedente de la estación de policía local, en la que se le exigía asegurarse de que no se emitiera ningún tipo de discurso contrario China en la pantalla LED de la escuela.
Según el director de la escuela, la policía les había exigido a todas las escuelas, supermercados y demás organizaciones que tuvieran pantallas LED que firmaran declaraciones, comprometiéndose a evitar la aparición de cualquier tipo de información inapropiada.
En otras áreas de China se están implementando medidas similares. Tal y como informó Bitter Winter, durante la celebración del 70 aniversario de la Armada del Ejército de Liberación, a la que asistieron importantes delegaciones extranjeras y el propio presidente Xi Jinping, por orden de funcionarios de la ciudad de Qingdao, en la provincia oriental de Shandong se retiraron las cajas con pantallas LED situadas en algunas tiendas. Según el propietario de una tienda, el motivo de la remoción fue el temor a que se exhibiera información o comentarios antigubernamentales al hackear las computadoras que operaban estas cajas LED.
De manera similar, antes del 25 de abril, con motivo del 20 aniversario de la manifestación pacífica de más de 10 000 practicantes de Falun Gong fuera de la Oficina Nacional de Apelaciones (Zhongnanhai) situada en Pekín, solicitando la liberación de sus compañeros practicantes detenidos, se llevaron a cabo medidas de «mantenimiento de la estabilidad» a lo largo de toda China. Según un infiltrado en el Gobierno, las autoridades de la ciudad de Quanzhou, en la provincia china suroriental de Fujian, convocaron una “reunión de trabajo sobre gestión de la seguridad pública” para personas a cargo de empresas e instituciones de la zona. En la reunión, se les exigió a los asistentes que, entre el 24 y el 26 de abril, todas las unidades de trabajo que tuvieran una pantalla LED las apagaran o cambiaran las contraseñas de las computadoras que las ejecutan, para evitar cualquier posibilidad de hackeo tendiente a mostrar información sobre Falun Gong y contenido relacionado con el aniversario o contraria a China. Se les advirtió a los participantes que tan pronto como la policía descubriera alguna de estas frases, los responsables de las pantallas serían arrestados. Los funcionarios también advirtieron que el contenido de la reunión era confidencial y que la difusión externa estaba prohibida.