El PCCh continúa imponiéndoles severas restricciones a las prácticas religiosas de los budistas tibetanos, destruyendo templos y eliminando símbolos tradicionales a lo largo de toda China.
por Lu Xiaojing
A fin de evitar la propagación del budismo tibetano entre los chinos de etnia han, el régimen comunista está reprimiendo cualquier tipo de manifestación de prácticas religiosas —desde hostigar a los monjes y destruir templos hasta controlar qué lamas pueden reencarnar—.
Un edificio recientemente construido fue arrasado hasta los cimientos
Desde el año 2014, los budistas tibetanos de Beihai, una ciudad a nivel de prefectura de la Región Autónoma Zhuang de Guangxi, se han estado reuniendo para practicar su fe y salmodiar en una sala adornada con miles de estatuas religiosas que ocupaba los dos pisos superiores de un nuevo edificio de 4 pisos. Construido a un costo de más de diez millones de yuanes (alrededor de 1,4 millones de dólares), los cuales habían sido donados por un budista local, el edificio también era utilizado para hospedar a los fieles y a los lamas visitantes del Tíbet.
A mediados de octubre del año pasado, el Gobierno del condado envió a más de 300 funcionarios de la Agencia de Seguridad Pública y de otros departamentos para que demolieran el edificio, ya que el mismo era considerado «ilegal». Un residente de la zona le dijo a Bitter Winter que solo era una excusa ideada por las autoridades para demoler el edificio. «Hace tres años, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos local emitió un aviso en el que se exigía reprimir los lugares budistas tibetanos existentes en la localidad», explicó. «Exigieron vaciar la sala budista, cubrir con pintura las palabras en tibetano escritas sobre el muro exterior del edificio y expulsar a todos los lamas. Los funcionarios gubernamentales colocaron una consigna en la que se instaba a eliminar los xie jiao al lado del edificio. La verdadera razón de la demolición es que el Gobierno no quiere que los monjes vivan aquí ni promuevan el budismo tibetano».
Según otro residente, mientras cinco excavadoras arrasaban el edificio hasta los cimientos, oficiales con escudos, bastones eléctricos y barras de hierro bloqueaban todas las intersecciones cercanas, evitando que la gente se acercara al lugar.
Video: excavadoras están demoliendo el edificio que albergaba una sala budista tibetana.
Algunas personas estaban dentro del edificio, tratando de preservar la sala budista tibetana, mientras que otros intentaban razonar con los funcionarios en el exterior. Pero los creyentes fracasaron, ya que los funcionarios les dijeron que la orden de demolición provenía de sus superiores y tenían que acatarla, «a menos que Xi Jinping interfiriera». A las personas que estaban dentro del edificio se les gritaban órdenes por medio de un altavoz, amenazando con arrestarlas si no salían del lugar. Los que se negaban a irse fueron sacados por personal gubernamental.
Video: numerosos oficiales de policía vigilaban el sitio.
«El Partido Comunista afirma estar sirviendo al pueblo, pero es mentira», comentó uno de los manifestantes, al cual un agente le había rociado gas pimienta en los ojos y recién pudo recobrar la visión unas horas después. Otros dos budistas se desmayaron al presenciar la demolición.
Tan pronto como el último ladrillo cayó al suelo y la base del edificio se cubrió con tierra, todos los escombros fueron inmediatamente eliminados, sin dejar rastros de la existencia del edificio.
Video: tras la demolición, los cimientos de la casa se cubrieron de tierra.
Irónicamente, el propietario del edificio fue obligado a cubrir todos los gastos de la demolición —más de 600 000 yuanes (alrededor de 84 000 dólares)—.
Se eliminan los símbolos del budismo tibetano
Importantes símbolos del budismo tibetano instalados en templos budistas chinos, tales como las estupas (monumentos conmemorativos construidos para guardar reliquias relacionadas con Buda) o las ruedas de oración, también están siendo demolidos a lo largo de todo el país.
El Templo de Sanzang, construido durante la dinastía Tang (618-907) en el condado de Yangqu de la ciudad de Taiyuan, en la provincia norteña de Shanxi, fue catalogado como uno de los principales sitios históricos y culturales a nivel de condado. A mediados de noviembre del año pasado, funcionarios gubernamentales allanaron el templo y confiscaron escrituras budistas tibetanas y bufandas ceremoniales, denominadas khatas.
Un budista local le explicó a Bitter Winter que las autoridades habían ordenado la represión porque no aprueban que la gente rinda culto de acuerdo con las tradiciones del budismo tibetano. «Solo podemos rendir culto de la manera en que lo prescribe la Agencia de Asuntos Religiosos», afirmó. «La gente entra en pánico cuando se enfrenta a la represión religiosa gubernamental. No podemos salmodiar en paz ni siquiera dentro del templo. Esto es sumamente angustiante».
Durante la primera mitad de 2019, funcionarios gubernamentales ordenaron la demolición de una estupa construida en un templo budista chino emplazado en Yichun, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia suroriental de Jiangxi. Los mismos afirmaron que en los templos budistas chinos no puede haber elementos del budismo tibetano. A fin de preservar la estupa, el encargado del templo contrató trabajadores para que envolvieran la parte superior del monumento y quitaran las banderas de oración que lo rodeaban. Los murales budistas situados en la base de la estupa fueron cubiertos con pintura.
«Las creencias religiosas de todos están siendo reprimidas, por no mencionar a los budistas tibetanos, utilizando diversos pretextos», afirmó con impotencia un budista local. «Si intentamos protestar o razonar con las autoridades seremos acusados de llevar a cabo actividades antigubernamentales».