Mientras se están llevando a los padres uigures para ser reeducados, a los niños los están rodeando con alambres de púas y se les está prohibiendo hablar su idioma.
Bitter Winter ha informado previamente que más de un millón de musulmanes han sido forzados a estudiar chino y a recibir educación política e ideológica dentro de los campamentos de transformación por medio de educación. Los hijos de los detenidos son encerrados en “escuelas” de propaganda china de etnia han y son forzados a ser educados en un ambiente totalmente “hanificado”; esto es, en un ambiente que se conduce en su totalidad en chino mandarín y utiliza referencias culturales y normas han. De esta forma, a los herederos de la cultura uigur se les niega su derecho de nacimiento.
Varios maestros que han sido asignados a Sinkiang describieron a Bitter Winter el verdadero predicamento de los maestros y estudiantes uigures en Sinkiang.
Un maestro asignado en Sinkiang: me entristeció mucho la primera vez que vi a los niños uigures
Liu Qi (seudónimo), un maestro asignado a la ciudad de Kasgar de Sinkiang, contó su historia a Bitter Winter. Dice que el Gobierno ofrece salarios elevados a una gran cantidad de estudiantes universitarios provenientes de otras provincias para que sirvan como maestros de chino en Sinkiang con el fin de “promover el Programa de Importación de Talento de China Occidental”. La cuota de reclutamiento por cada lote es de alrededor de 1500 personas. Cada maestro debe firmar un contrato por tres años y cualquiera que viole el contrato recibe una multa de 5000 yuanes (alrededor de 715 dólares).
“¿Por qué transfieren a tantos maestros de la etnia han [a Sinkiang]?”, preguntó el señor Liu. “Para que ‘comiencen jóvenes’, de modo que todos los niños uigures estudien la cultura han y hablen chino mandarín, erradicando, así, la cultura uigur. Los esfuerzos del Gobierno por aplicar medidas enérgicas son intensos. En términos de educación, costumbres e idioma, el antiguo estilo de vida de los uigures ha sido destrozado”.
Una maestra que ha estado dando clases en la ciudad de Kasgar desde el verano pasado describió la primera vez que vio a sus estudiantes: “Parecía como si no se hubieran lavado la cara y los puños de su ropa estaban completamente desgastados. La parte baja de sus pantalones estaba raída y hecha jirones también. Algunos de los zapatos de los estudiantes no tenían la parte de enfrente y otros no tenían tacones. Y algunas de las suelas de sus zapatos estaban desgastadas y sólo les quedaba la parte superior de los zapatos. Se veían miserables. Estos niños son como los niños de la ‘Antigua Sociedad’. Tan pronto como veían a un extraño, se agrupaban de inmediato”. (Antigua Sociedad es el término popular que se utiliza para hacer referencia a la vida y condiciones que prevalecían en China antes de la toma del poder por parte de los comunistas).
“Posteriormente me enteré de que los padres de la mayoría de estos niños uigures habían sido arrestados. Algunos niños están bajo el cuidado de sus hermanos mayores. Me da mucha tristeza ver a estos niños que no cuentan con el cuidado de sus padres”, dijo la maestra.
Educación únicamente en mandarín; los maestros y estudiantes uigures son restringidos
De acuerdo con el señor Liu, el Gobierno exige que todos los estudiantes de primaria y secundaria provenientes de poblados y villas se reúnan para estudiar bajo una gestión unificada. A los estudiantes se les prohíbe recibir de forma privada otro tipo de educación en su pueblo natal y las escuelas prácticamente no tienen vacaciones. En particular, los estudiantes cuyos padres están arrestados y que, por tanto, no tienen un lugar adonde ir, están “confinados” dentro de la escuela.
También los maestros de la etnia uigur sufren discriminación. “En el caso de los maestros uigures, tan pronto como entran a un lugar público, deben hablar mandarín”, dijo el señor Liu. “Tienen que dar clases en mandarín, aun si su pronunciación es mala. Durante los días festivos y los festivales, los maestros y estudiantes uigures solo pueden utilizar el mandarín para cantar canciones ‘rojas’. Nunca se les permite cantar canciones uigures. Tan pronto como se descubre que un maestro está enviando un mensaje por WeChat en idioma uigur, se le cuestiona: ‘¿Quieres hacer una revuelta?’”
“Los maestros uigures deben pasar una prueba de mandarín para ser contratados. Todos los maestros y estudiantes deben utilizar el mandarín para comunicarse”, continuó Liu. “Los líderes de la escuela inspeccionan a los estudiantes con regularidad. Si un estudiante utiliza el idioma uigur para responder una pregunta en clase, el salario del maestro tendrá una reducción”.
El señor Liu describió las dificultades que se enfrentaron en todas partes cuando el idioma mandarín se introdujo por primera vez. Dijo que todas las lecciones en mandarín tuvieron que ser traducidas al uigur; entonces pudieron responder las preguntas y luego tuvieron que traducir sus respuestas de nuevo al mandarín.
“Ya que los niños uigures hablan su idioma desde una edad muy temprana, no pueden entender la mayor parte de lo que se enseña [en mandarín], así que el estudio de cada materia es muy difícil. Por ejemplo, la calificación más alta en idioma chino mandarín y en el examen de literatura sería de 100 puntos. En una clase de casi 60 estudiantes, sólo unos cuantos pueden alcanzar una calificación de más de 50 puntos, e, incluso, algunos estudiantes reciben una calificación de cero. Después de ser privados de la educación básica en idioma uigur, los estudiantes de grados inferiores ya no pueden escribir en uigur. Mientras tanto, los estudiantes de grado más avanzado que han recibido previamente educación en idioma uigur disminuyen de manera importante su desempeño académico. Como resultado, los estudiantes se enfrentan con una gran presión psicológica. A los estudiantes les cuesta trabajo aprender. Algunos de ellos incluso consideran dejar la escuela”.
“Me preocupa mucho que estos niños no podrán hacer nada cuando sean grandes”, dijo uno de los maestros. “La madre de uno de los estudiantes vino a verme con gran alegría y me dijo que ya había preparado el dinero para que su hijo asistiera a la universidad. Sin embargo, cuando se le informó que el desempeño de su hijo había bajado mucho después del cambio al mandarín y que había pocas esperanzas de que el chico entrara a la universidad, la madre comenzó a llorar delante de mí”.
Escuelas parecidas a prisiones; los maestros renuncian
El señor Liu dijo a Bitter Winter que, en Sinkiang, todas las bardas perimetrales que se encuentran alrededor de las escuelas están equipadas con alambre de púas. Todos los días, la policía patrulla las calles alrededor de la escuela. La escuela entera es más parecida a una prisión que a un lugar para estudiar.
“Los estudiantes viven en este clima de terror desde una edad muy temprana, lo cual lleva a distorsiones mentales y psicológicas”, dijo el señor Liu. “En nuestro caso, nuestra principal sensación es la fatiga mental. Ese lugar produce en las personas un sentimiento de oscuridad y terror. No puedes descuidarte ni por un instante. Con una sola palabra, las personas pueden ser llevadas (bajo custodia). Algunas personas reciben una llamada telefónica donde les dicen: ‘Venga al comité de la villa, necesitamos verlo’. Una vez que salen, ya no pueden regresar a casa”.
“En las escuelas en Sinkiang, el sistema de enseñanza y algunas de las órdenes que emite el Gobierno son irracionales”, continuó Liu. “Originalmente, las escuelas se enfocaban completamente en enseñar. No obstante, en Sinkiang, la tarea política está primero: cambiar el entendimiento que tienen los estudiantes del Estado y su actitud hacia él y cambiar el sentido de identidad de los estudiantes en relación con su grupo étnico. Muchos maestros que vienen de Sinkiang asignados para dar clases renuncian a los elevados salarios y regresan a sus pueblos natales porque no pueden soportar esta atmósfera opresora”.
Ilshat Hassan, vicepresidente de la Asociación Uigur Americana, contó a Voice of America que, al prohibir la enseñanza en idioma uigur, el Gobierno chino está aniquilando la cultura y la historia uigures. Dice que, si esta política continúa, no habrá una vida pacífica —y no habrá paz— en Turquestán Oriental.
Información de Li Zaili