Desde el lanzamiento de la campaña tendiente a eliminar las publicaciones que «dañan la unidad del país» llevado a cabo el año pasado por el PCCh, numerosos libros ya no están disponibles para los estudiantes chinos.
por Yang Guang’an
En octubre de 2019, el Ministerio de Educación chino les ordenó a las bibliotecas escolares de todo el país deshacerse de los libros «que dañen la unidad del país, la soberanía o su territorio, que perturben el orden social y la estabilidad social, que violen las directrices y políticas del Partido, y que difamen o calumnien al Partido y a los líderes y héroes del país». También se ordenó la eliminación de todos los libros y periódicos en los que se mencionen doctrinas y enseñanzas religiosas.
La campaña y posterior quema de libros suscitaron numerosas críticas entre el público, el cual comenzó a comparar lo que está sucediendo actualmente con incidentes similares ocurridos en el pasado, tales como la prohibición y quema de libros durante la Revolución Cultural o el Gobierno nazi en Alemania en el año 1933.
Según lo ordenado por el Ministerio de Educación, cada provincia deberá presentar informes de inspección de libros antes del 31 de marzo. Bitter Winter visitó algunas bibliotecas de escuelas primarias, secundarias y universidades para investigar la situación.
Libros religiosos reemplazados por material propagandístico
En la provincia central de Henán se han retirado los textos religiosos de las estanterías de numerosas bibliotecas, y en las mismas solo quedan las etiquetas de catálogo. Cuando se buscan títulos de libros religiosos en las páginas web de las bibliotecas, aparece un aviso que indica que no se puede acceder a ellos. En algunas bibliotecas solo quedan unos pocos libros de arte religioso.
«Todos los libros sobre religiones desaparecieron de la biblioteca a principios de noviembre; incluso los libros sobre horóscopos», le dijo a Bitter Winter un estudiante universitario procedente de la ciudad de Zhengzhou, en Henán. El mismo añadió que dichos libros habían sido reemplazados por una serie de libros propagandísticos, tales como «Citas del presidente Mao Zedong» y «Obras selectas de Deng Xiaoping».
«El Gobierno controla e investiga estrictamente todos los libros sobre religión y los prohíbe», explicó el bibliotecario de una universidad de Henán. El mismo añadió que las universidades que enseñan ciencias e ingeniería eliminaron todos los libros religiosos, y que las universidades de arte y humanidades aún conservan una pequeña cantidad de dichos libros en colecciones especiales, las cuales mantienen guardadas por separado y estrictamente controladas.
Cuando le pedimos a la bibliotecaria de una de las universidades visitadas que nos prestara algunos libros religiosos para una tesis, la misma afirmó que dichos libros solo podían leerse si se contaba con un permiso especial. La bibliotecaria además nos sugirió no realizar esta tesis religiosa, afirmando que el Estado controla estrictamente los trabajos sobre religiones de todos los estudiantes. «Si el texto no se ajusta a las políticas gubernamentales, será difícil aprobar el examen», nos advirtió la bibliotecaria.
«Los niños no saben nada sobre religión, pero el Gobierno aún así les ordenó a todos los jardines de infantes verificar si los mismos llevan libros religiosos», le dijo a Bitter Winter una maestra de jardín de infantes procedente de la provincia oriental de Shandong. «Se exige que los niños amen al Partido y apoyen el liderazgo de Xi Jinping desde una edad temprana. Esta investigación de libros me recuerda a la Revolución Cultural».
Una tarea política
De octubre a diciembre, las escuelas primarias y secundarias de la Región Autónoma de Mongolia Interior y de las provincias de Liaoning, Shandong y Henán convocaron reuniones especiales para hablar sobre la orden de inspeccionar los libros.
Un profesor de secundaria procedente de Mongolia Interior le dijo a Bitter Winter que funcionarios de la Agencia de Seguridad Pública local y de la Agencia de Cultura habían investigado la biblioteca de la escuela en numerosas ocasiones como parte de la campaña nacional tendiente a «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales«. Una gran cantidad de libros, entre los que se incluían libros en mongol sobre budismo tibetano y libros en mandarín sobre los signos del zodiaco chino y la explicación de los sueños han sido removidos. «Venían a inspeccionar la biblioteca a menudo, incluso los domingos o durante las vacaciones, lo que requería que estuviéramos a su disposición en todo momento», se quejó el profesor.
Un maestro de primaria procedente de la provincia de Shandong afirmó que todos los libros sobre la Biblia y Jesús habían sido retirados de los estantes de la biblioteca de la escuela.
El director de una escuela primaria procedente de la provincia norteña de Hebei le dijo a Bitter Winter que la escuela tuvo que completar numerosos formularios e informar a las autoridades superiores sobre la implementación de la política de control de libros. “Se nos indicó que esta tarea es especialmente urgente, y tuvimos que asignar personal para que la efectuaran. Si la eliminación no se realiza correctamente, el personal será responsabilizado”, explicó el director. “Cada escuela ha establecido en primer lugar un grupo especial que se encargará de llevar a cabo una autoinvestigación. Posteriormente, las autoridades educativas efectuarán investigaciones selectivas. El Estado no permite que los jóvenes sean religiosos. La Agencia de Educación nos dijo que debíamos asegurarnos de que los estudiantes compartan los mismos pensamientos que el Partido Comunista Chino (PCCh). Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que los estudiantes no lean libros religiosos”.
Una gran cantidad de maestros y profesores mencionaron que las autoridades le otorgan gran importancia a la investigación de libros a raíz de las protestas a favor de la democracia llevadas a cabo en Hong Kong, exigiendo que los maestros y profesores la traten como una tarea política. El PCCh cree que las protestas de Hong Kong comenzaron debido a un «fracaso» en la educación de los jóvenes de la región administrativa especial, es decir, la falta de adoctrinamiento patriótico y la insuficiente censura de los libros a los que pueden acceder.