El año pasado se adoptaron un sinfín de nuevas regulaciones tendientes a reprimir a las personas de fe de todas las denominaciones, seguidas de campañas represivas sin precedentes.
por Sun Kairui
El Partido Comunista Chino (PCCh) considera que todos los grupos bien organizados, en particular los movimientos religiosos, constituyen una amenaza para su régimen. Una amplia variedad de políticas y reglamentos introducidos en China durante el año pasado dan prueba de que su Gobierno autoritario está reprimiendo implacablemente todos los movimientos religiosos, especialmente aquellos que no quieren someterse a su régimen. Consecuentemente, en el año 2019, la represión de las religiones se convirtió en una de las principales tareas de los Gobiernos locales a lo largo de toda China. Presentamos aquí algunas de las leyes promulgadas el año pasado, las cuales tenían como objetivo intensificar las medidas represivas contra las personas de fe.
Religión: un «enemigo» de la estabilidad
La disposición 3 del artículo 2 de la Propuesta sobre fortalecimiento y mejora de la labor de las autoridades de base del Partido en las zonas urbanas, emitida por la Oficina General del PCCh el pasado mes de mayo, exige «oponerse resueltamente a las fuerzas hostiles, a los xie jiao y a las actividades religiosas ilegales tanto nacionales como extranjeras que influyan y se infiltren en los niveles inferiores del Gobierno y luchar decisivamente contra los intentos de debilitar y oponerse al liderazgo del Partido o de perturbar y dañar la estabilidad social en las zonas urbanas».
El artículo 15 del Reglamento sobre la labor realizada por el Partido Comunista Chino en las zonas rurales, adoptado por el Comité Central del PCCh el 19 de agosto, exige “prohibir resueltamente todas las formas de propagación de actividades religiosas ilegales y consolidar el poder en los niveles de base de las zonas rurales».
El 3 de enero, el Comité Central y el Consejo de Estado emitieron las Sugerencias sobre la adhesión al desarrollo prioritario de las aldeas y la industria agrícola y la realización de los trabajos primarios de AAP (aldeas, agricultura y campesinos). La disposición 3 de la parte 6 del documento exige «tomar medidas enérgicas contra la infiltración de fuerzas hostiles, xie jiaos y actividades religiosas ilegales en las zonas rurales» en aras de mantener la estabilidad social.
Numerosas políticas tenían como objetivo reprimir la religión utilizando el vago pretexto de «intervenir en los asuntos públicos de las zonas rurales».
Disposiciones similares pueden ser halladas en el Reglamento sobre la labor del Partido en las organizaciones de base de las zonas rurales emitido por el Comité Central en el mes de enero, cuyo artículo 18 exige «resistir resueltamente las actividades religiosas ilegales y la infiltración extranjera». Las mismas medidas están previstas en el documento titulado Opiniones orientadoras sobre el fortalecimiento y la mejora de la gobernanza en las zonas rurales, emitido por las oficinas generales del Comité Central y del Consejo de Estado en el mes de junio. La disposición 12 de la parte 2 exige «intensificar la represión de las actividades religiosas ilegales y de los xie jiao en las zonas rurales e incrementar la rectificación de lugares de actividad religiosa y de estatuas ilegalmente construidos en las zonas rurales».
La disposición 1 de la parte 2 de las opiniones exige «purgar decisivamente a los funcionarios de aldea relacionados con organizaciones xie jiao». Pero no solo se reprime a los miembros de grupos religiosos prohibidos: en medio de la actual represión, numerosas personas religiosas de diferentes denominaciones han sido expulsadas del Partido. De acuerdo con el artículo 31 del Reglamento sobre la labor de educación y gestión de los miembros del Partido emitido por el Comité Central en el mes de mayo, los miembros religiosos del Partido deberán ser expulsados después de haber fracasado en su educación y transformación.
Construyendo una sociedad «civilizada»
El PCCh a menudo justifica sus medidas represivas contra los lugares de culto, alegando que la religión representa «el feudalismo, el atraso y la sociedad incivilizada».
El 27 de octubre, el Comité Central y el Consejo de Estado emitieron el Esquema de implementación de la construcción moral para los ciudadanos de la nueva era. La disposición 5 de la parte 4 del documento establece explícitamente que «es necesario promover el espíritu científico, popularizar el conocimiento científico, resistir la superstición y la cultura atrasada decadente e impedir la infiltración de ideología religiosa extrema y de fuerzas religiosas ilegales».
La disposición 5 de la parte 3 del Esquema de la estrategia de desarrollo sobre digitalización en las zonas rurales, emitido por las oficinas generales del Comité Central y del Consejo de Estado, exige «publicitar políticas religiosas a través de Internet y reprimir las actividades religiosas no oficiales en las zonas rurales». También exige fortalecer «las inspecciones y la supervisión de la red para evitar que el ‘feudalismo y las supersticiones’ sean difundidos en línea».
Durante el año pasado, incluso las antiguas tradiciones populares de brindar ofrendas para la buena fortuna, de respetar a los antepasados, de rendirle culto al Emperador de Jade taoísta y de recaudar fondos para la construcción de templos fueron declaradas ilegales y sometidas a la represión del PCCh por ser consideradas actividades feudales y supersticiosas.