El Gobierno chino está utilizando WeChat, una popular aplicación de mensajería y redes sociales multipropósito, para efectuar vigilancia masiva, incluyendo el monitoreo de personas de fe.
por Wan Zixin
En julio de 2019, la policía detuvo a la directora de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la provincia oriental de Zhejiang por haberse unido a un grupo de WeChat de la iglesia de Bo’ai —una de las 30 iglesias chinas con vínculos con el extranjero listadas para ser eliminadas—. Dado que la iglesia es originaria de Estados Unidos, a su directora se le advirtió que no se uniera a ningún grupo de redes sociales creado por iglesias estadounidenses debido a «la mala relación de China con este país». La misma también se vio obligada a escribir una declaración en la que prometía solo asistir a reuniones en iglesias aprobadas y abandonar y nunca más unirse a grupos cristianos de WeChat afiliados a países extranjeros.
Después de que el Departamento de Trabajo del Frente Unido y el Ministerio de Seguridad Pública adoptaran el Plan de trabajo de la operación especial para investigar y lidiar con la infiltración cristiana extranjera según la ley en el año 2019, las redes sociales de las iglesias vinculadas al extranjero se convirtieron en objetivos de investigación. Posteriormente, una gran cantidad de cristianos, algunos de los cuales ni siquiera eran miembros de estos lugares de culto, fueron arrestados por unirse a los grupos de WeChat de la iglesia de Bo’ai y de otras iglesias.
«WeChat se ha vuelto extremadamente inseguro y hemos estado probando nuevas herramientas de comunicación», afirmó una miembro de una iglesia doméstica emplazada en la ciudad de Taizhou de Zhejiang que fue clausurada el año pasado. Un funcionario de la Agencia de Seguridad Pública local le dijo que el lugar había sido designado para ser clausurado porque la congregación había estado hablando sobre asuntos de la iglesia en su grupo de WeChat, y las autoridades los habían rastreado.
A principios de diciembre, la policía allanó un lugar perteneciente a una iglesia doméstica local emplazado en la ciudad de Qingdao, en la provincia oriental de Shandong, arrestando a su predicador y a los creyentes que estaban presentes en ese momento. Utilizando la cuenta de WeChat del predicador, la policía convocó al resto de la congregación.
A fines de febrero, tres invitados inesperados se unieron a un grupo de WeChat de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en Shenyang, la capital de la provincia nororiental de Liaoning: el secretario del comité del Partido Comunista Chino (PCCh) del Gobierno local, un comisionado del UFWD local y un oficial de seguridad pública.
«Nos contactamos entre nosotros a través de WeChat, ya que en medio de la epidemia de coronavirus es imposible reunirse», le dijo a Bitter Winter el director de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la ciudad de Shenyang. «Pero los funcionarios gubernamentales también comenzaron a unirse a los grupos de WeChat de varias iglesias, uno tras otro, para monitorear de qué hablan los creyentes. Las personas de fe tenemos que ser extremadamente cautelosas. No nos atrevemos a publicar nada sensible ni comentarios que puedan generar conflictos con el Gobierno. Si prohíben nuestro grupo de WeChat, perderemos la única forma de contactarnos».
En el mes de marzo, la Agencia de Asuntos Religiosos de una localidad de la provincia de Liaoning emitió una orden en la que especificaba que solo podrían abrir cuentas de WeChat los grupos y lugares religiosos oficialmente aprobados. Solo se permite una cuenta por organización o lugar de culto, y la misma se limita a aquellos que asistan a las reuniones y hayan registrado su información personal. Las solicitudes para grupos de WeChat deberán ser enviadas a las autoridades de asuntos religiosos de todos los niveles, y las actividades en línea recién podrán comenzar cuando todas hayan aprobado las solicitudes. Se ordenó la disolución de todas las cuentas no aprobadas. Los administradores de grupos que se negaron a hacerlo fueron amenazados con ser sancionados.
A fines de enero, un pastor de la Iglesia de las Tres Autonomías procedente de la provincia central de Henán volvió a publicar en WeChat un artículo sobre iglesias demolidas, predicadores arrestados y enseñanzas cristianas distorsionadas en China. La iglesia del pastor había sido cerrada por la fuerza poco antes del brote de coronavirus, y el mismo comentó en la publicación que con las persecuciones religiosas, el PCCh estaba provocando a Dios. Les pidió a todas las iglesias que oraran por China. Poco después, el artículo fue eliminado y la Agencia de Asuntos Religiosos reprendió al pastor.
«Los funcionarios afirmaron que los comentarios del artículo eran políticos», afirmó un predicador de la iglesia. «No nos atrevemos a volver a publicarlo por miedo a implicar aún más a la congregación».