El PCCh utiliza numerosos métodos de intimidación para obligar a los creyentes no registrados a unirse a la Iglesia oficial de las Tres Autonomías: desde amenazas directas hasta extorsiones a los arrendadores que les alquilan.
por Yang Guang’an
Arrendadores intimidados con multas
Las autoridades de toda China están presionando a las personas que les alquilan sus propiedades a iglesias domésticas para que rescindan los contratos de arrendamiento y dejen a estos lugares de culto sin ningún lugar dónde congregarse, de modo que se vean obligados a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías administrada por el Estado. Para intimidar aún más a estos arrendadores, a los que se atreven a desobedecer al régimen se les imponen fuertes multas de hasta 200 000 yuanes (alrededor de 29 000 dólares).
La Iglesia presbiteriana de Dao’en, fundada en el año 1992 en Xuzhou, una ciudad de la provincia oriental de Jiangsu, ha sido objeto de constantes represiones durante los últimos años por negarse a ser gobernada por el Estado.
El 9 de junio de 2019, la policía allanó uno de sus lugares de culto –la Iglesia de Zhongxin– y registró la información de identificación de todos los miembros de la congregación que estaban presentes en ese momento. El diácono de la iglesia fue detenido para ser interrogado. Presionado por la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos del distrito, el arrendador de la propiedad le envió a la Iglesia una notificación de terminación de arrendamiento, exigiéndole que abandonara las instalaciones en un plazo de tres días.
Ese mismo día, funcionarios de la Agencia de Asuntos Civiles local, acompañados por la policía, se presentaron en la Iglesia del Sur, otra de las sedes de la Iglesia presbiteriana de Dao’en. Dos días después, la Agencia le envió una notificación a la iglesia ordenándole cerrar sus puertas y el 26 de junio le impuso una multa de 100 000 yuanes (alrededor de 14 000 dólares) al propietario del edificio.
Los creyentes de las otras tres sedes de la Iglesia presbiteriana de Dao’en padecieron el mismo destino: los propietarios fueron presionados para que rescindieran los contratos de alquiler. “El Gobierno les prohíbe a los propietarios alquilarles propiedades a los creyentes. Si desobedecen, sus propiedades podrían ser confiscadas y se les impondrían fuertes multas”, le reveló un infiltrado a Bitter Winter.
Reprimidas por ser consideradas «fuerzas malvadas»
El Gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh) a menudo cataloga a las iglesias domésticas como «fuerzas malvadas» a fin de clausurarlas utilizando la campaña nacional tendiente a «aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal«. A principios de noviembre del año pasado, el Gobierno de Zhenqiao, un poblado administrado por la ciudad de Leping en la provincia suroriental de Jiangxi, convocó una reunión de emergencia para hablar sobre la campaña, exigiendo catalogar a todas las iglesias no autorizadas bajo la jurisdicción de la ciudad como «fuerzas malvadas» y clausurarlas.
Durante los dos días siguientes, se clausuraron cinco lugares de reunión pertenecientes a la antigua Iglesia Local y se retiró de los mismos todo el mobiliario, las cruces y otros símbolos religiosos.
«Si el equipo central de supervisión religiosa, el cual llegará para efectuar una inspección, encuentra alguna iglesia doméstica en funcionamiento, los funcionarios locales a cargo podrían ser despedidos de sus puestos», le explicó a Bitter Winter un funcionario del Gobierno local. El PCCh está haciendo que los funcionarios se responsabilicen de manera personal por la clausura de lugares religiosos no autorizados, lo cual se ha convertido en una de las herramientas de represión religiosa del régimen, especialmente en las zonas rurales.
«¡Las afirmaciones del PCCh de que en China hay libertad religiosa son un engaño!», le dijo a Bitter Winter una persona a cargo de una iglesia doméstica. “Su objetivo es eliminar las creencias religiosas con el correr del tiempo. El Gobierno nunca procesó mis repetidas solicitudes para obtener un permiso de actividad religiosa. Utilizan estas solicitudes para clausurar iglesias”.
Las congregaciones son intimidadas para que renuncien a su fe
El 23 de noviembre, el Gobierno local envió a dos administradores de la red para que vigilaran a la Iglesia de Qianxiang, emplazada en el distrito de Wenjiang de Chengdu, la capital de la provincia suroccidental de Sichuan. Mientras les obstruían el paso a los miembros de la congregación que intentaban ingresar a la iglesia, agentes de policía, junto con miembros del personal de la oficina subdistrital, vigilaban la situación desde el otro lado de la calle.
Desde el 26 de octubre, esta fue la quinta vez que funcionarios y policías acudieron a la iglesia para mantener a los creyentes afuera, impidiendo que practicaran su fe en la misma. Las autoridades utilizan esta técnica de intimidación para presionarlos a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías. Un miembro de la congregación de edad avanzada le dijo a Bitter Winter que había estado yendo a la iglesia todo ese tiempo, con la esperanza de poder ingresar a la misma. «Una vez más se nos impide ingresar», afirmó apenado.
En enero de 2019, una iglesia doméstica emplazada en la ciudad de Kunming, en la provincia suroccidental de Yunnan, la cual había sido fundada hace más de una década y tenía más de 100 miembros, fue clausurada por negarse a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías. No obstante, de manera oficial, los funcionarios afirmaron que «la iglesia estaba situada en un piso demasiado alto», lo que, según ellos, era «peligroso».
Un miembro de la iglesia le reveló a Bitter Winter que funcionarios de la Agencia de Asuntos Religiosos local y del comité de la comunidad habían convocado repetidamente al pastor de la iglesia «para hablar» y hostigarlo. Bajo tal inquebrantable presión, el pastor comenzó a temer por su vida; incluso le escribió una carta de despedida a su familia en caso de que fuera arrestado y no regresara nunca más.