Las iglesias domésticas no registradas siguen siendo objetivos clave de la persecución religiosa mientras China vuelve a abrirse tras los cierres de emergencia implementados a causa del coronavirus.
por Deng Jie
El Partido Comunista Chino (PCCh) considera a todas las religiones como enemigos potenciales. Particularmente al cristianismo, ya que el mismo fue introducido en China desde Occidente. Debido a ello, numerosos grupos y movimientos cristianos son perseguidos en nombre de la «prevención de la infiltración occidental». Mientras el país intenta reflotar tras los cierres de emergencia implementados a causa del coronavirus, sus líderes continúan propagando medidas de «mantenimiento de la estabilidad» dirigidas a los lugares de culto cristianos. Las iglesias domésticas protestantes no registradas se encuentran entre los objetivos clave.
El 3 de mayo, la policía hizo uso de la fuerza para disolver un servicio en la Iglesia de Xingguang emplazada en la ciudad de Xiamen de la provincia suroriental de Fujian. Durante la redada, una gran cantidad de creyentes fueron violentamente golpeados, y uno de ellos tuvo que buscar atención médica. El 2 de abril, el pastor Zhao Huaiguo, fundador de la Iglesia de Bethel emplazada en el condado de Cili de la provincia central de Hunan, fue arrestado bajo sospecha de «incitar a la subversión del poder estatal» por utilizar una VPN para leer noticias sobre la pandemia en los medios de comunicación extranjeros. Muchos otros lugares pertenecientes a iglesias domésticas han sido demolidos o clausurados.
El 13 de abril, funcionarios de la aldea de Xiaxu, administrada por la ciudad de Shangrao, en la provincia suroriental de Jiangxi, obligaron al director de un lugar perteneciente a la antigua Iglesia Local a vaciar el inmueble, el cual fue demolido por más de una docena de funcionarios de gestión urbana y una excavadora.
Previo a la demolición, funcionarios del Departamento de Trabajo del Frente Unido local y del comité del Partido de la aldea le dijeron a la congregación que «el coronavirus fue introducido desde el extranjero y que Estados Unidos es el enemigo de China». Por lo tanto, debían rechazar el cristianismo.
A principios de abril, el Gobierno de Ceshan, un poblado administrado por la ciudad de Linyi, en la provincia oriental de Shandong, clausuró un lugar perteneciente a una iglesia doméstica carismática y dos lugares de Sola Fide. A mediados de marzo, las autoridades del poblado retiraron la cruz de otro lugar de Sola Fide.
Según funcionarios de la aldea, a pesar de que se permite la reapertura de empresas e instituciones a medida que se levantan las restricciones implementadas a causa del coronavirus, el Gobierno sigue exigiéndoles que se aseguren que los lugares pertenecientes a iglesias domésticas permanezcan cerrados. Deben visitarlos cada noche y tomar fotos, demostrándoles a sus superiores que estos lugares de culto se encuentran cerrados. Si se descubre que alguno de los lugares está abierto, se castigará a los funcionarios de aldea, poblado, distrito y ciudad a cargo.
El 12 de febrero se demolió un lugar perteneciente a una iglesia doméstica emplazado en el poblado de Liyuan, administrado por el condado de Heping de Heyuan, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia sureña de Cantón. La policía arrestó a una creyente de aproximadamente 70 años y la detuvo durante cinco días por oponerse a la demolición. La congregación, la mayoría de los cuales son ancianos, había recaudado dinero y construido el lugar hacía más de diez años. Desde abril del año pasado, los funcionarios locales los habían estado presionando para que se mudaran porque «el Gobierno planeaba convertir el lugar en un área turística».