Cada día empeora un poco más: un nuevo documento le permite a la policía ingresar a locales privados sin necesidad de contar con una orden judicial, congelar activos y reprimir las críticas publicadas en línea.
por Massimo Introvigne
El 6 de julio de 2020, el recientemente establecido Comité para la Salvaguarda de la Seguridad Nacional de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (香港特別行政區維護國家安全委員會) publicó las normas de aplicación para interpretar el artículo 43, una disposición clave de la nueva Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong.
Tal vez no sea coincidencia que el mismo 6 de julio, medios de comunicación chinos y de Hong Kong revelaran que el PCCh había creado un nuevo cuerpo especial contra las «amenazas a la seguridad política», con el objetivo de «golpear duro» a las «actividades subversivas, los actos terroristas, la secesión étnica y el extremismo religioso» (obsérvese la referencia al «extremismo religioso»), y «salvaguardar la integridad del sistema político de China», es decir, el poder del propio PCCh.
Unos pocos días antes, el PCCh designó a Zheng Yanxiong como jefe de la Agencia para la Salvaguarda de la Seguridad Nacional (香港特別行政區維護國家安全公署), la más poderosa nueva agencia creada para reprimir la disidencia en Hong Kong. Zheng es considerado un hombre de línea dura, quien se hizo famoso en el año 2011 por su brutal represión de las protestas en la aldea de Wukan, Cantón, contra la confiscación de tierras vendidas a desarrolladores y la corrupción. Zheng, quien ocupaba el cargo de secretario local del PCCh, justificó la represión acusando a los aldeanos de coludir con «organizaciones de medios de comunicación extranjeros corruptas» que intentaban destruir el socialismo en China.
La publicación de las normas de aplicación confirma que el PCCh desea avanzar muy rápidamente y permitir que la policía tome medidas excepcionales para reprimir la disidencia en Hong Kong. El párrafo 1 de las normas de aplicación establece que «en situaciones urgentes, un oficial de policía que no esté por debajo del rango de subcomisionado de policía podrá autorizar a sus oficiales a ingresar al lugar relevante para buscar pruebas sin necesidad de contar con una orden judicial».
El párrafo 2 permite confiscar los pasaportes de las personas sospechosas de haber cometido delitos contra la seguridad nacional, «para evitar que algunas de las personas involucradas en el caso se fuguen al extranjero». El párrafo 3 permite la congelación, confiscación y disposición de los bienes y activos de quienes pongan en peligro la seguridad nacional. El párrafo 6 les otorga inmensos poderes a la policía para que puedan efectuar operaciones encubiertas, vigilancia y escuchas telefónicas en casos relacionados con la seguridad nacional.
El párrafo 4 reviste especial interés. El mismo establece que, cuando «un mensaje electrónico publicado en una plataforma electrónica pueda constituir un delito que ponga en peligro la seguridad nacional o pueda causar la comisión de un delito que ponga en peligro la seguridad nacional», la policía podrá solicitarle al proveedor de servicios que elimine dicho mensaje. La policía también podrá solicitarle al proveedor de servicios «que proporcione el registro de identificación o asistencia para la decodificación», a fin de poder identificar a la persona que publicó el mensaje ofensivo. Según el párrafo 7, si el proveedor de servicios se niega a obedecer, deberá pagar una multa de 100 000 dólares de Hong Kong y sus directivos serán arrestados.
Facebook, Google y Twitter están bloqueados en China continental, pero no en Hong Kong. Facebook, Twitter y Google anunciaron el 6 de julio que no cumplirán con las solicitudes de compartir información sobre los usuarios con las autoridades. No obstante, hicieron hincapié en que se trata de una decisión provisional, «a la espera de una nueva evaluación». Las empresas de redes sociales intentan evitar las críticas en las que se las acuse de no preocuparse por los derechos humanos. Por otro lado, Hong Kong es donde las empresas de China continental tratan con ellas y compran anuncios caros para los mercados internacionales. Solo el tiempo dirá si prevalecerá la conciencia o el dinero.