Mientras el coronavirus se propaga por todo el mundo, las personas de fe cuentan con Internet como la única forma de conservar sus actividades religiosas grupales. Pero no en China.
por Wan Zixin
«Debido a la pandemia, no podemos reunirnos», le dijo a Bitter Winter la predicadora de una iglesia doméstica de Sola Fide procedente de la provincia suroriental de Jiangxi. Su única opción era reunirse en línea, tal como lo hacen actualmente numerosos creyentes en todo el mundo. Por lo cual, el 9 de febrero, planeaba impartirle un sermón a su congregación a través de una aplicación de transmisión en vivo. «Nuestra primera y única reunión en línea fue bloqueada por el Gobierno poco después de haber comenzado», explicó la predicadora. La misma añadió que antes del brote de coronavirus, su iglesia había tenido que cambiar de lugar al menos cinco veces debido al continuo hostigamiento policial.
Ese mismo día, el pastor de una iglesia doméstica procedente de la provincia oriental de Shandong también organizó un servicio en línea para su congregación, pero la reunión fue interrumpida menos de 20 minutos después de haber comenzado. Unos días después, probó con otra plataforma en línea pero tampoco pudo hacerlo.
Tras descubrir que cada vez más personas intentaban organizar actividades religiosas en línea, el 23 de febrero, los Dos Consejos Cristianos Chinos de la provincia de Shandong emitieron un aviso en el que exigían que todas las iglesias de la provincia dejaran de transmitir sus servicios en directo de forma inmediata.
El 28 de febrero, el Departamento de Trabajo del Frente Unido del distrito de Nanhu de Jiaxing, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia oriental de Zhejiang, emitió un aviso, en el que exigía investigar las actividades de predicación en línea de todos los lugares religiosos administrados por el Estado. Según la orden, todas las transmisiones en directo debían ser interrumpidas en el plazo de una semana, y las transmisiones de audio de WeChat inmediatamente después de que se pusiera fin a la epidemia.
Según las Medidas para la gestión de la información religiosa en Internet, emitidas en septiembre de 2018 por la Administración Estatal de Asuntos Religiosos de China, «ninguna organización o individuo podrá transmitir o difundir actividades religiosas, entre las que se incluyen rezar, quemar incienso, efectuar ordenaciones, cantar las Sagradas Escrituras, celebrar misa, rendir culto o recibir el bautismo en línea, en forma de texto, foto, audio o video».
En China, muy pocas organizaciones, y solo aquellas que poseen licencias emitidas por el Estado, pueden transmitir servicios religiosos y proporcionar información relacionada con la fe en línea. Y su contenido también está sumamente censurado. Las estrictas regulaciones ni siquiera se han suavizado durante la pandemia.
No solo las iglesias son restringidas: las actividades en línea de los creyentes regulares también son sumamente controladas. El 24 de enero, el día posterior a la imposición del cierre en Wuhan, los miembros de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en el distrito de Suiyang de la ciudad de Shangqiu, en la provincia central de Henán, recibieron un aviso de su pastor, en el que se les exigía disolver todos sus grupos de WeChat. En el mes de febrero, un funcionario de la aldea obligó a un residente religioso a cambiar la foto de perfil de su cuenta de WeChat, la cual contenía una imagen de la cruz.
Una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la ciudad de Laoling de Shandong les exigió a todos los miembros de sus grupos WeChat que revelaran sus nombres para que las autoridades supieran quiénes estaban realizando comentarios.
El 26 de enero, los pastores de algunas iglesias de las Tres Autonomías emplazadas en Shandong les enviaron a sus congregaciones las instrucciones emitidas por la Agencia de Información Pública y Supervisión de Seguridad de la Red, en las cuales se prohibía efectuar comentarios desfavorables contra el Gobierno y difundir información sobre la epidemia que no haya sido aprobada por el Estado. Cualquier cuenta en línea que publique tales comentarios o información será prohibida de forma permanente y las iglesias relacionadas se verán implicadas.
«La Agencia de Seguridad Pública posee información sobre todos los miembros de todos los grupos de WeChat y durante la pandemia se llevan a cabo inspecciones en la red particularmente estrictas», le explicó a Bitter Winter el pastor de una iglesia de las Tres Autonomías procedente de Shandong.
«Alentados por el Gobierno, numerosas fábricas y lugares públicos han sido reabiertos, pero los lugares religiosos siguen estando prohibidos», afirmó con tristeza un creyente perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías procedente de Henán. «Las reuniones religiosas están prohibidas y todos los canales de comunicación religiosa están bloqueados».