La evidencia se acumula y hay videos que documentan la transferencia masiva de trabajadores túrquicos que son enviados a trabajar en fábricas chinas fuera de Sinkiang.
por Ruth Ingram
Videos de TikTok y DouYin que han salido a raudales de Sinkiang durante las últimas dos semanas han confirmado los temores de que Pekín está utilizando a los jóvenes uigures y a otros jóvenes túrquicos como esclavos y como carne de cañón para impulsar la economía china.
Dado que el país apenas está volviendo a ponerse de pie después de meses de encierro y los expertos todavía deben declarar que ya no hay peligro en relación con el virus, los videos que muestran a cientos de uigures con cubrebocas contra el coronavirus siendo aglomerados en nodos de transporte a lo largo de la región con órdenes de trabajar en fábricas en China continental están preocupando profundamente a los activistas uigures.
Los videos en DouYin, la popular red social china para compartir videos, han sido recopilados por el exiliado uigur radicado en Australia Alip Erkin, quien los publica en su canal de Twitter “Uyghur Bulletin”. A pesar de una oleada de videos negativos provenientes del epicentro de la persecución uigur en el verano pasado, que fueron casi anulados por Bytedance, el creador de la red social, a principios de este año, publicaciones recientes han logrado eludir el cortafuegos para llevar las últimas noticias al mundo exterior.
De acuerdo con Alim Seytoff, de Radio Free Asia, el movimiento masivo registrado de jóvenes fuera de la provincia coincidió con el encierro forzoso generalizado en China por el coronavirus, cuando a otros ciudadanos chinos se les prohibió dejar sus hogares. “Estos videos salieron a la luz en el momento en el que el coronavirus se extendía en China y en todo el mundo, cuando la mayoría de las compañías chinas estaban cerrando y nadie trabajaba”, dijo. “Y solo vemos la transferencia masiva de trabajadores uigures a otras partes de China en este momento”.
Algunos de los videos eran propaganda del Gobierno chino que mostraba a uigures felices que se preparaban para ir en busca de fortuna, como parte de su “campaña de reducción de la pobreza” de tres años, la cual tiene como objetivo erradicar la pobreza absoluta para 2020. Un pie de foto describía a 850 trabajadores de familias pobres en Hotan que llegaban en un tren especial a Korla para trabajar para seis compañías, incluyendo el grupo textil Zhongtai y la compañía carretera Litai Silk.
Seytoff señaló que era imposible determinar si estos grupos de jóvenes estaban siendo reubicados por la fuerza o de manera voluntaria. El disentimiento, en cualquier caso, sería inútil. “Tienen miedo de que, si se niegan, serán llevados a los campamentos”, dijo, refiriéndose a los temidos campamentos de transformación por medio de educación y a los últimos tres años de medidas draconianas para acabar con la cultura, el idioma y la religión uigures que han producido el encarcelamiento de tres millones de uigures y de otros musulmanes túrquicos sin un juicio de por medio, aparentemente para su “reeducación”.
Agregó que todos los uigures que habían sido acorralados y que aparecían en los videos, llevaban puestos cubrebocas. “Claramente, el coronavirus es un riesgo para ellos”, dijo, y añadió que fuentes confiables habían confirmado que muchos de los reclutados eran, de hecho, personas detenidas en campamentos “que fueron forzadas a trabajar en fábricas en China continental”.
Musa Abdulehed ER, un escritor/investigador radicado en Estambul, comentó lo siguiente sobre el éxodo y cuestionó los motivos de Pekín. “Tenemos que preguntarnos si el dinero es más importante que la vida para el Gobierno chino”, dijo, y llegó a la conclusión de que las acciones del Partido Comunista Chino (PCCh) de enviar grupos de uigures al núcleo del virus, revela mucho. “Es evidente que impulsar la economía es más importante que la vida de estos jóvenes, particularmente en este momento en el que los chinos de la etnia han no están trabajando en las fábricas debido al virus”, dijo, y también comentó que el hecho de que hubiera un uso generalizado de cubrebocas mostraba que las preocupaciones sobre salud seguían siendo reales. “Este es un claro indicador de que el PCCh está jugando con la vida de los jóvenes uigures”.
Tuvo que inferir que Pekín era indiferente a la vida. “Claramente, al Gobierno chino no le preocupa si viven o mueren”, dijo. “No importa si mueren, pero que mueran trabajando”, dijo con cinismo. “No podemos aceptar esto y debemos protestar con gran fuerza”, dijo, y añadió que, finalmente, el mundo está comenzando a despertar a las acciones malévolas del régimen del PCCh. “Por varios años hemos estado advirtiendo que China traerá desgracia a la humanidad. Y, aquí, con el virus, vemos los resultados”.
Su mayor miedo era que los jóvenes estuvieran siendo llevados fuera de Sinkiang con el propósito expreso de que pudieran sucumbir al virus y morir. “No me sorprendería que el Gobierno chino tuviera esto en mente”, dijo, citando las atrocidades que habían ocurrido en Sinkiang, particularmente a lo largo de los últimos tres años. Exigió que, por fin, el mundo observara la catástrofe infligida sobre el pueblo uigur y su cultura, y que se presionara al PCCh para que liberara a los detenidos, detuviera los trabajos forzados y cerrara los campamentos. “Debería permitírseles vivir libremente y hacerlo como seres humanos”, suplicó.