El Gobierno chino posee un consistente historial de negar la verdad sobre los desastres. Bitter Winter visitó una aldea de Shandong para desvelar un significativo precedente sobre el tifón Lekima.
por Xiao Baiming
El Partido Comunista Chino (PCCh) proporcionó muy poca información demasiado tarde e intentó manipular a la opinión pública, lo cual empeoró aún más la mala situación del coronavirus de Wuhan. Existen rumores de que el número real de diagnósticos y muertes confirmadas es mayor que el oficial, y los retrasos en la prestación de ayuda han puesto en peligro a la población, a pesar de la exageración de los hospitales presuntamente construidos de la noche a la mañana.
No es la primera vez que el comportamiento del PCCh empeora un desastre. La aldea de Donggaoxi es una pequeña aldea situada en el distrito de Zhangqiu de la ciudad de Ji’nan en la provincia oriental de Shandong. En agosto de 2019, el tifón Lekima golpeó a la aldea con mayor severidad que a cualquier otro en la provincia. De ahí en adelante comenzaron las mentiras.
Video: una escena de la inundación.
¿Desastre natural o calamidad provocada por el hombre?
Debido al incremento de las precipitaciones, el embalse de Xinglin situado aguas arriba de la aldea tuvo que liberar agua de la inundación. El 11 de agosto, la Oficina de Prevención de Inundaciones de Zhangqiu emitió un aviso indicando que el flujo de salida sería de 30 metros cúbicos por segundo. No obstante, posteriormente, un miembro del personal del embalse reveló que el flujo de salida había aumentado hasta llegar a los 60 metros cúbicos por segundo.
“El Gobierno no mencionó la gravedad del riesgo ni proporcionó por adelantado materiales para la prevención de inundaciones. Los aldeanos tampoco recibieron un aviso de evacuación”, le dijo a Bitter Winter un funcionario de la aldea.
Una carta firmada de manera conjunta por los aldeanos locales y dirigida a las autoridades dice: “Luego de que el embalse de Xinglin liberara agua de la inundación y debido a que el freno de la presa no había sido quitado en años, el agua de la presa del estanque [un pequeño embalse situado aguas abajo del embalse de Xinglin] se dirigió directamente a la aldea. Esto se sumó a las pérdidas causadas por la inundación. Los aldeanos afectados por las inundaciones esperan que los líderes puedan investigar este incidente y hagan justicia”.
Un funcionario comunitario del Gobierno local admitió que la inadecuada prevención antes de la inundación provocó de manera directa una grave calamidad para los aldeanos.
“Ellos [los funcionarios del PCCh] afirmaron que se trataba de un desastre natural, pero no estoy convencido. Fue creado por el hombre”, afirmó un aldeano local de mediana edad.
Certificados de defunción falsos
Según los aldeanos locales, la inundación causó ocho muertes, entre las cuales solo se informó de un joven que se ahogó durante un esfuerzo de rescate. En cuanto a los demás, se emitieron certificados falsos en los que se mencionaba «muerte por enfermedad».
«La casa funeraria solo escribió ‘muerte por enfermedad’, en lugar de ‘ahogado’ o ‘estrellado’. Si no lo firmábamos, no hubieran cremado los restos», afirmó un pariente de uno de los fallecidos.
«Los cuerpos olían mal, pero a pesar de ello, el Gobierno le pidió a la ambulancia que se los llevara, fingiendo que los rescataban y que no habían muerto», añadió un aldeano local.
Cuando los aldeanos informaron la verdadera situación de las muertes al mundo exterior, el Gobierno afirmó que estaban difundiendo noticias falsas.
“El Gobierno debía hacerse responsable de tantas muertes, pero ningún funcionario estaba dispuesto a asumir la responsabilidad. No informaron las muertes a sus superiores por temor a ser despedidos de sus cargos”, afirmó un empleado comunitario del Gobierno local.
Desaparecieron los suministros de socorro
En el mes de agosto, los periódicos locales publicaron noticias sobre recaudación de fondos sociales en sus secciones principales. El Qilu Evening News informó que tres días después de la inundación, solo la comunidad empresarial había donado 23 millones de yuanes (aproximadamente 3,3 millones de dólares).
No obstante, los aldeanos locales declararon que no habían recibido ningún tipo de asistencia material efectiva. Una caja de fideos instantáneos, dos edredones y algunos alimentos deteriorados para cada aldeano fueron las «enormes cantidades de donaciones» que recibieron los aldeanos.
Según los aldeanos, dos grupos de aldeas locales tenían 48 casas derrumbadas y habían sufrido una pérdida de cientos de miles de kilogramos de grano. El Gobierno prometió solemnemente que proporcionaría ayuda, pero no se supo nada al respecto durante los meses siguientes.
Una empresa comercial pasó por alto al Gobierno y realizó una donación directamente al comité de la aldea para que cada aldeano pudiera recibir de 300 a 500 yuanes (alrededor de 43 a 72 dólares). Desafortunadamente, el Gobierno del poblado envió agentes, los cuales fueron de casa en casa alegando que no era posible entregarles las donaciones a las víctimas de las inundaciones.
“Un funcionario gubernamental declaró que la donación no tenía nada que ver con nosotros, pero de hecho fue malversada por alguien. El mismo afirmó: ‘Ni siquiera pregunten por esto. No obtendrán ni un centavo’», afirmó un aldeano.
Los aldeanos redactaron numerosas cartas para informarle la situación a los niveles superiores del Gobierno, pero las mismas no fueron respondidas y, en lugar de proporcionar una solución, los funcionarios de la aldea amenazaron con detener al que intentara pasarlos por encima y presentar reclamos ante los niveles superiores.
Los medios de comunicación del PCCh no informaron la situación real de las inundaciones, sino que se limitaron a relatar la eficacia de las autoridades frente al tifón. Obviamente, esto era falso y no augura nada bueno para la veracidad de los informes oficiales sobre el coronavirus.