Debido a que las autoridades chinas han prohibido los productos fabricados especialmente para musulmanes, los negocios han tenido que enfrentar pérdidas sustanciales directas e indirectas.
Bitter Winter ha reportado previamente sobre la “generalización de lo halal”, así como sobre la forma en la que las autoridades en Sinkiang han estado acabando con negocios debido a sus políticas. Los productos certificados como “halal” o que guardan algún parecido con motivos islámicos, incluso remotamente, son consistentemente sacados de los anaqueles y los dueños de los negocios a menudo son multados por mantener estos productos.
Halal se refiere a los alimentos y bebidas que son permisibles para su consumo de acuerdo con las leyes tradicionales islámicas. Para muchos musulmanes son de vital importancia y una parte de la manera en la que practican su fe. No obstante, en un ataque indirecto a sus creencias, las autoridades no han dejado cabos sueltos en cuanto a erradicar prácticamente todos esos productos del mercado.
Bitter Winter habló con varios dueños de negocios en la ciudad de Lanzhou, en Gansu, una provincia cercana a Sinkiang, donde han sufrido el embate de esta política.
Uno de ellos reveló que de acuerdo con las nuevas regulaciones, que han estado en vigor durante casi seis meses, está prohibido mencionar el término “halal” en el empaque de la comida. Si se llega a encontrar un producto de ese tipo, tiene que ser enviado de vuelta al proveedor.
Añadió también: “Hasta ahora, todos los productos hui estaban marcados como halal. Si no era así, algunas personas de la etnia hui no se atrevían a comerlos. Al prohibir dichos productos, el Gobierno está forzando al pueblo hui a aceptar alimentos que no son halal”.
Durante una entrevista con un vendedor en un mercado de ventas al mayoreo de azúcar y alcohol, recibió varias llamadas telefónicas por parte de varios comerciantes, exigiéndole que quitara sus productos de su tienda tan pronto como fuera posible.
En una tienda de granos, el dueño habló acerca de una inspección que llevaron a cabo funcionarios. Dijo: “Antier, tres funcionarios de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) se presentaron aquí. Cuando vieron algunos condimentos que estaban marcados como halal, lanzaron a la calle una caja de glutamato de sodio, un aditivo alimentario, en señal de enojo. También aplastaron y rompieron dos jarras de vinagre”.
Cuando el dueño protestó en contra de esto, los funcionarios de la FDA lo amenazaron y le dijeron: “¿Sigues atreviéndote a oponerte al Partido Comunista? Sea lo que sea que el Partido te diga que hagas, debes hacerlo. Si sigues vendiendo estos productos vamos a confiscarlos”.
El dueño de otra tienda de granos tenía una historia similar que contar. Recientemente había comprado 200 sacos de harina de un proveedor en Sinkiang. Sin embargo, como tenía etiquetas en árabe, fue forzado por funcionarios de la FDA a regresarlos. Cuando les explicó que este producto tenía una vida de anaquel corta y que se vendería en pocos días, se negaron a escucharlo. Además, los funcionarios confiscaron los productos marcados como halal en una tienda de conveniencia. Ese día, la tienda de conveniencia tuvo pérdidas con un valor de 5400 yuanes, casi 800 dólares, por ninguna otra razón más que la política discriminatoria del PCCh.
Un vendedor que surte productos a estas tiendas habló sobre las pérdidas en las que ha incurrido la compañía donde él trabaja. De acuerdo con él, cada una de las tiendas con las que trabaja ya ha perdido un promedio de 2000 yuanes o casi 300 dólares. Por otra parte, su compañía ha tenido que imprimir nuevas etiquetas para varios artículos. Si se toma en cuenta que cada copia cuesta 0.4 yuanes, entonces la pérdida directa es de 20 000 yuanes (3000 dólares) por imprimir 50 000 copias. También hay otra serie de asuntos, como los costos de transportación y acuerdos previos con los comerciantes, todo lo cual ha dado como resultado pérdidas indirectas de hasta 100 000 yuanes o más de 14 000 dólares.
Informado por Ma Xiagu