Reactivando una práctica de la Revolución Cultural, China crea cajas, líneas telefónicas y sitios web para denunciar a vecinos, y define recompensas monetarias para los soplones.
Las creencias religiosas son comunes entre la población rural de China, representando la base más importante de creyentes. En una iniciativa tendiente a atacar a la religión en su núcleo, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado movilizando a las masas para que se vigilen y denuncien entre sí utilizando diversos medios. La herramienta utilizada más reciente es la reactivación de medidas de aviso propias de la época de la Revolución Cultural.
Una caja de hierro cuelga de la pared de la oficina del Comité de la aldea de Caizhuang en el municipio de Mangzhongqiao, que forma parte del condado de Yucheng, en la provincia china central-norteña de Henán. El texto situado sobre la caja dice lo siguiente: «Caja para denunciar creencias religiosas».
Según un aldeano local, «el Gobierno del municipio les ha enviado dichas ‘cajas de denuncia’ a cada aldea. Las autoridades están tomando medidas enérgicas contra las creencias religiosas y se les prohíbe a los aldeanos creer en Dios».
También reveló que las investigaciones sobre creencias religiosas en las aldeas se intensificaron luego del Festival de la Primavera de 2019 (Año Nuevo Chino).
El 9 de febrero, se instaló una caja de hierro similar en la entrada del comité de la aldea de Chenzhuang, en el municipio de Mangzhongqiao. El texto escrito sobre la caja dice lo siguiente: «Caja para denunciar lugares (de reunión) privados y actividades misioneras», y proporciona el número de teléfono de una línea directa gratuita para realizar denuncias: 4431919.
Un creyente local dijo que al crear «cajas para denunciar creencias religiosas» y al alentar a todos los aldeanos para que vigilen y denuncien a sus vecinos, las autoridades han restringido los eventos religiosos, las reuniones y la evangelización; y han puesto a los creyentes en peligro de ser arrestados en cualquier momento.
El 15 de enero, en la aldea de Dapan, en el condado de Zhongmou de la provincia de Henán, se descubrió y clausuró un lugar de reunión secreto perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías. En el momento del descubrimiento, todos los creyentes se sintieron sorprendidos y afirmaron: “Este sótano está extremadamente bien escondido. ¿Cómo lo descubrieron?”
Un oficial de la aldea reveló: “Actualmente, el condado ha establecido una línea directa de denuncias contra cristianos. Si alguien descubre una reunión, sin importar dónde se esté llevando a cabo la misma, todo lo que tiene que hacer es llamar y denunciarla. La ubicación del denunciante será registrada de inmediato y la dirección del lugar de reunión podrá ser rápidamente determinada».
«El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo para acabar con las creencias religiosas», se lamentó un creyente. “Todos se están vigilando y denunciando entre sí. Nos resulta imposible defendernos de esto de manera eficaz. Temo que será difícil seguir celebrando reuniones».
Un aldeano del poblado de Wangpiliu, en la ciudad de Zhoukou de la provincia de Henán, le mostró a Bitter Winter un folleto propagandístico que decía: “Números de teléfono para denunciar actividades religiosas ilegales”. Los números de la lista incluían las líneas directas para informantes del Departamento de Trabajo del Frente Unido, del Comité de Asuntos Étnicos y Religiosos, del Gobierno del poblado y de la estación de policía local.
Algunas regiones también han desarrollado plataformas para denunciar a vecinos en línea (como, por ejemplo, la plataforma de denuncias mediante SMS de la Agencia de Seguridad Pública y la cuenta pública de WeChat) o mediante el envío de cartas. También han establecido un sistema de recompensas monetarias tendiente a alentar a los informantes.
Bitter Winter obtuvo un documento emitido en julio de 2018 por un subdistrito de la ciudad de Nanyang, en la provincia de Henán. El documento, el cual detalla los incentivos creados para denunciar creyentes, fue formulado para movilizar a las fuerzas sociales para reprimir a los xie jiao.
El documento establece que, al descubrir a un miembro de Falun Gong que esté enseñando o dando un discurso en un lugar público, si se lo denuncia de inmediato y se verifica la veracidad de tal denuncia, el informante recibirá una recompensa de 200 a 1000 yuanes (aproximadamente entre 30 y 150 dólares). Si se denuncia a alguien que esté produciendo o difundiendo imágenes, el informante recibirá una recompensa de 500 a 2000 yuanes (de 75 a 300 dólares). Si la denuncia realizada tiene un impacto significativo, se otorgará una recompensa de entre 5000 y 10 000 yuanes (de 750 a 1500 dólares). El que denuncie a un creyente de la Iglesia de Dios Todopoderoso obtendrá una recompensa de entre 100 a 2000 yuanes (de 15 a 300 dólares), siendo la mayor recompensa de 3000 yuanes (aproximadamente 450 dólares).
Un miembro local del Partido jubilado no está de acuerdo con tales incentivos. El mismo afirmó que el PCCh se destaca por movilizar a las masas para que luchen entre sí, ya que esta era una práctica común durante la Revolución Cultural, las Protestas en la Plaza de Tiananmén y la actual represión religiosa. Pero, él teme que esta práctica dé como resultado que fácilmente las personas desarrollen odio entre sí, e incremente el riesgo de que los creyentes sean arrestados y encarcelados.
Durante la Revolución Cultural, en China prevalecía la práctica de que las personas se denunciaran entre sí. El PCCh había creado «cajas de denuncias» y recompensaba a las personas que denunciaban o exponían a otros. La práctica ha regresado y está siendo utilizada para reprimir a la religión.
Información de Xin Lu