Bajo la poderosa política de «mantenimiento de la estabilidad», el Partido Comunista Chino (PCCh) continúa privando al pueblo chino de su libertad de expresión.
La hostilidad del PCCh contra la libertad de expresión no es una novedad, no obstante, informes recientes demuestran hasta qué punto el control ejercido por el Partido sobre los comentarios públicos y la «información confidencial» se ha incrementado en los últimos meses, alcanzando un nivel de severidad sin precedentes.
A las 3:00 de la mañana del 21 de octubre, dos mujeres procedentes de la ciudad de Dalián, en la provincia nororiental de Liaoning, editaron un cartel que contenía la consigna patriótica bien conocida: «Sin el Partido Comunista, no existiría una nueva China». Modificaron el mismo para que dijera “Sin el Partido Comunista, habrá una nueva China».
Según una fuente policial anónima, este incidente conmocionó al Departamento de Seguridad Pública municipal. La policía organizó una persecución masiva y declaró que no se rendirían hasta haber arrestado a las culpables. La policía movilizó personal adicional e instituyó turnos de 24 horas para monitorear los datos de vigilancia y rastrear el paradero de las mujeres.
Los oficiales fueron de puerta en puerta mostrando fotos de las mujeres a los residentes locales y preguntando si reconocían a la pareja. Algunos informaron que la policía vigilaba en secreto las calles y plazas públicas. A un vendedor que fue interrogado por la policía le dijeron que la persecución estaba destinada a «capturar ladrones».
Un residente local le dijo a nuestro reportero que la policía confundió a una mujer que caminaba por la calle con una de las mujeres de las fotos y la rodeó. Luego de darse cuenta de que tenían a la persona equivocada, los oficiales actuaron de manera evasiva y desdeñosa, diciendo que estaban «protegiendo a la gente».
Nuestro reportero se enteró de que las autoridades arrestaron a las dos mujeres, pero se desconocen más detalles sobre su condición.
Este evento alarmante es solo el último de una serie de abusos que preocupan a los defensores de la libertad de expresión.
En el mes de julio, Dong Yaoqiong, una mujer procedente de Hunan, provincia situada al sur de China, utilizó su cuenta de Twitter para denunciar públicamente lo que denomina «control de pensamiento impuesto por el PCCh», y salpicó tinta sobre un retrato del Secretario General del PCCh, Xi Jinping. Pocas horas más tarde, Dong Yaoqiong desapareció. Posteriormente, varios medios de comunicación informaron que Dong Yaoqiong había sido enviada a un hospital psiquiátrico y que su padre, Dong Jianbiao, había sido puesto bajo arresto domiciliario. Hua Yong, un artista radicado en Pekín que expresó su solidaridad con Dong, también desapareció.
El 29 de julio, Yue Xin, una activista del movimiento #MeToo, junto a sus compañeros de la Universidad de Pekín publicaron una protesta titulada «Carta de apoyo a los trabajadores de la empresa Shenzhen Jasic detenidos por exigir la formación de un sindicato”. Luego de esto ella desapareció al ser puesta bajo custodia secreta en la ciudad de Shenzhen, en Guangdong, una provincia costera situada al sureste de China. Posteriormente, individuos no identificados atacaron a sus adeptos para que no dijeran nada al respecto.
Incluso comentarios aparentemente inocuos en WeChat u otras plataformas de redes sociales pueden dar como resultado un castigo rápido y severo. Varias personas entrevistadas por Bitter Winter afirmaron que fueron interrogados por la policía y recibieron advertencias oficiales por los comentarios que habían publicado.
En el mes de agosto, el Sr. Cheng (seudónimo), procedente de la provincia de Shaanxi, situada al noroeste de China, vio un informe de noticias a través de su teléfono móvil relacionado con una mujer que había sido golpeada por un oficial de policía. Al igual que muchos otros cibernautas que dejaban comentarios condenando la brutalidad del oficial, Cheng publicó el siguiente comentario: «¿Qué puede hacer la policía?»
Pocos días después, Cheng fue detenido e interrogado por la policía local, quien lo acusó de los delitos de «generar peleas y provocar disturbios» y «alterar el orden público». Los agentes le advirtieron que «oponerse a la policía significa oponerse al Partido Comunista, y oponerse al Partido Comunista significa oponerse a Xi Jinping”, y le exigieron que escribiera una declaración de “autocrítica”.
Posteriormente, a fines de agosto, Cheng recibió una llamada telefónica en la que lo convocaban a la estación de policía. «En esa ocasión, la policía me multó con 500 yuanes (unos 70 dólares) y me exigió que colocara mi nombre, firmara y dejara mis huellas dactilares en más de diez páginas impresas que describían las regulaciones que había ‘violado’. Me trataron como si fuera un asesino», afirmó Cheng. Él agregó: «[La policía] me dijo que tuve una buena actitud, por lo que solo me multaron con 500 yuanes. Si hubiera tenido una mala actitud, me habrían multado con 1000 yuanes y también me habrían detenido durante cinco días».
En el mes de septiembre de este año, el Sr. Zhang (seudónimo) quería invitar a cenar a algunos de sus viejos amigos que formaban parte del programa gubernamental “Hasta las montañas, hasta las aldeas” a fines de la década de 1970, cuando los jóvenes residentes urbanos fueron reubicados en áreas rurales, para vivir y trabajar con el campesinado. Pero poco después de enviar un mensaje a su grupo de WeChat para organizar la reunión, Zhang fue sorpresivamente detenido por las autoridades locales y llevado hasta una estación de policía.
Los oficiales de policía no solo le hicieron preguntas relacionadas con el motivo de la reunión, sino que también exigieron conocer detalles sobre la relación que tenía con cada uno de los invitados. Las autoridades le hicieron prometer que tanto él como sus amigos no provocarían disturbios durante la reunión, amenazando con que, si lo hacían, sufrirían las consecuencias. Después de esto, realizaron una llamada telefónica al restaurante donde Zhang y los otros alumnos planeaban reunirse, y le dijeron al dueño que controlara lo que se hablara durante dicha comida e informara a las autoridades al respecto.
Zhang se sentía furioso por haber sido interrogado por la policía sin causa alguna, por lo cual afirmó: «En el futuro, debemos asegurarnos de no decir nada de manera casual en un grupo de WeChat. Si dices algo incorrecto, serás descubierto por el PCCh, ocasionando desastres inexplicables».
Información de Piao Junying y Yao Zhangjin