Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Ni siquiera la propagación de un virus mortal puede mitigar las persecuciones religiosas del PCCh: numerosas iglesias de las Tres Autonomías fueron reprimidas durante los últimos meses.
El PCCh considera cualquier vínculo que los creyentes chinos tengan con el extranjero como una «infiltración extranjera» que amenaza su régimen. Todo vínculo de este tipo es investigado y cortado.
Las autoridades de toda China adoptan nuevas medidas en las que se les exige a los clérigos de las iglesias estatales que promuevan la doctrina del Partido y adoctrinen a los creyentes.
Los creyentes de este grupo cristiano prohibido son severamente perseguidos y a menudo son enviados a la cárcel, donde son adoctrinados y sometidos a trabajos forzados.
En lugar de ayudar a las personas, algunas instituciones de salud mental emplazadas en China son utilizadas para «reformar» a los disidentes, e incluso a las personas que presentan peticiones ante el Gobierno o a los creyentes religiosos.
Durante el segundo semestre del año pasado, tanto las iglesias domésticas como los lugares de culto aprobados por el Estado fueron severamente reprimidos por el Gobierno.
El PCCh intensificó la censura para evitar que los creyentes practiquen su fe en línea, ya que durante el brote de coronavirus se prohibieron las reuniones religiosas.
El Gobierno chino continúa adoctrinando a los estudiantes con ideología socialista y obliga a los ciudadanos a estudiar el pensamiento de Xi Jinping.
A pesar de haber sido diagnosticada con una grave enfermedad renal, una miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso fue sentenciada a cuatro años de prisión a causa de su fe. La misma comparte su experiencia.
El PCCh sigue adelante con su campaña de demolición de símbolos cristianos, ya que el régimen autoritario los percibe como una amenaza contra su Gobierno.
Los uigures están siendo enviados a trabajar a lo largo de toda China en contra de su voluntad, donde son estrictamente controlados y viven en condiciones que recuerdan a los campos de internamiento.
Al estar regido por un Gobierno totalitario, el pueblo chino es reprimido por cualquier palabra que el régimen considere que perjudica su imagen.
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