Después de rehusarse a las exigencias irracionales del PCCh para ser reubicados, los aldeanos de Henán fueron golpeados por matones contratados por las autoridades, provocándoles múltiples heridas.
por Xin Lu
Las demoliciones y reubicaciones forzadas han prevalecido en China durante casi 20 años y han evolucionado en un fenómeno social cada vez más grave. Frente a las demoliciones forzadas, más y más personas se están viendo obligadas a redoblar esfuerzos para resistir y proteger sus derechos, pero, bajo el violento régimen, esto ha traído muchas tragedias.
El 30 de agosto de 2018, las casas de más de diez familias en la aldea de Daizhuang, en el subdistrito de Wenhua (una unidad administrativa de nivel de municipio) del distrito de Suiyang en la ciudad de Shangqiu, fueron destruidas por las autoridades. Aparentemente, hace dos años, el Gobierno vendió la tierra de la villa de Daizhuang a un desarrollador inmobiliario; los oficiales firmaron contratos con los aldeanos, prometiendo que arreglarían que fueran reubicados a nuevas casas.
Pero ¡oh sorpresa! El Gobierno no cumplió su parte del acuerdo, y cuando los aldeanos marcharon hacia la Oficina de Demolición y Reubicación demandando ser compensados –con lo que se les debía legítimamente– un funcionario del Gobierno culpó a una administración pasada de la falta de fondos.
“La persona que demolió sus casas fue transferida a otro empleo hace mucho tiempo. No fuimos nosotros quienes las demolieron. Vayan y pregúntenles a quienes demolieron sus casas”, les dijeron a los aldeanos.
Al ver lo que les ocurrió a sus vecinos, los aproximadamente doce aldeanos cuyas casas todavía no habían sido demolidas se negaron a reubicarse.
Así, el Gobierno utilizó su táctica auxiliar: fuerza por medio de la violencia
A las 4 a.m. del 30 de agosto, la Oficina de Demolición y Reubicación del distrito de Suiyang, la Oficina de Gestión Urbana y muchos otros departamentos reunieron a más de 1000 personas –armadas con barras de hierro y grandes varas de madera– y llevaron ocho excavadoras a la villa de Daizhuang, donde las autoridades ordenaron al personal que cerrara todas las intersecciones.
“Cualquier persona que se atreva a obstruir será golpeada. Aun si golpeamos a alguien a muerte, simplemente tendríamos que pagar una pequeña cantidad como compensación”, gritó un oficial gubernamental en un altavoz como advertencia a los habitantes de la villa.
Escena de la demolición en la villa de Daizhuang:
De acuerdo con testigos oculares, un aldeano, de casi 90 años, trató de pasar al frente, simplemente para ver qué estaba pasando. De inmediato, fue golpeado por diez empleados de demolición. Fue lastimado, le dislocaron una de las articulaciones y le desgarraron varias capas de piel de los brazos. Se retorcía de dolor en el piso.
Cuando uno de sus familiares trató de ayudar al anciano, las autoridades se lo impidieron. Y cuando la mujer intentó grabar el comportamiento atroz e ilegal, la tomaron del cabello, la arrojaron al piso y la arrastraron más de 30 metros. La nieta del anciano también fue sometida con violencia después de que ella también trató de grabar a las autoridades. Recibió trece puntadas después de ser golpeada en la cabeza con una vara.
Personal del Gobierno golpea a un aldeano que tomó fotos:
Un aldeano de más de sesenta años fue golpeado por filmar la violencia ejercida por el Gobierno. Varios empleados gubernamentales levantaron a una mujer de más de 70 años y luego la dejaron caer al piso, provocando que sus piernas chocaran contra el cerrojo roto de una puerta, lo cual causó que sufriera daños en la piel y le sangrara. Otro aldeano de más de 60 años que está paralizado y confinado en cama fue sacado por la fuerza de su casa, justo antes de que las autoridades irrumpieran y destrozaran todo y luego dejaran la casa en ruinas.
Una persona paralítica de más de 60 años es sacada por la fuerza de su casa; las lesiones son visibles en los brazos de la persona de la tercera edad:
Para protestar en contra de la brutalidad del Gobierno, un matrimonio de la tercera edad roció un poco de gasolina afuera de la puerta y cerró la casa por dentro. Las autoridades respondieron trepando por la pared, arrastrando a la pareja por la puerta y derribando inmediatamente su casa.
Posteriormente, los aldeanos publicaron en internet los videos que tomaron en secreto, pero estos fueron inmediatamente censurados.
A finales de diciembre, el Gobierno movilizó un convoy de vehículos para quitar los escombros. Para recuperar la compensación que merecían, los aldeanos discutieron con los oficiales, pero, una vez más, fueron reprimidos por más de 200 empleados del Gobierno.
Con el fin de salvaguardar sus derechos, los habitantes de la villa reunieron la evidencia relevante y fueron preparándose para ir a la capital provincial e interponer una queja, pero los funcionarios de inmediato adoptaron diversas medidas para evitar que presentaran su petición. Verificaron minuciosamente a todos los familiares de más de una docena de aldeanos. En el caso de las personas que trabajan para un departamento del Gobierno y están relacionadas con los habitantes de la villa de Daizhuang, si los ayudan a presentar una demanda, de inmediato serán suspendidas de sus deberes y castigadas como “fuerzas oscuras y malignas”.
Es otro caso más donde el Partido Comunista Chino (PCCh) gana.