Temiendo por su salud y seguridad, los residentes del poblado de Teng’ao protestan contra una planta de incineración de basura de gran envergadura emplazada cerca del lugar. La gente protesta, las autoridades toman medidas enérgicas contra ellos.
Hoy en día, en el poblado de Teng’ao, el cual se encuentra bajo la jurisdicción de la ciudad a nivel de condado de Haicheng, en la provincia china nororiental de Liaoning, agentes de policía se encuentran vigilando todas las intersecciones y fuerzas especiales están en servicio las 24 horas del día. Incluso hay oficiales vestidos de civil que realizan vigilancias en áreas residenciales, todo porque los residentes protestaron contra la instalación llevada a cabo por el Gobierno de una planta de incineración muy cerca del poblado.
Según residentes, las regulaciones establecen que instalaciones, como, por ejemplo, una planta de incineración de basura, sean construidas a al menos 20 kilómetros de las áreas residenciales. Pero funcionarios del Gobierno local descartaron dicha ley y construyeron la planta de incineración de basura a aproximadamente dos kilómetros del poblado, dejando a los residentes, con razón, preocupados ante la posibilidad de que esta cause una grave contaminación en el aire y en el agua, además de que ponga en peligro la salud de estos. Luchando por su seguridad, la gente del poblado de Teng’ao le solicitó al Gobierno que la planta fuera reubicada. No obstante, su petición fue denegada.
Vídeo: Imagen de gente marchando y protestando.
Indignados, los habitantes organizaron una protesta para el 1 de diciembre. Más de 10 000 personas procedentes del poblado de Teng’ao y de las áreas locales circundantes salieron a las calles. Algunos estudiantes se declararon en huelga y algunos comerciantes cerraron sus tiendas para poder participar en la manifestación.
Naturalmente, una protesta de ese tamaño generó pánico entre los funcionarios gubernamentales, quienes, según fuentes, hicieron que el Gobierno provincial de Liaoning transfiriera gradualmente al poblado a aproximadamente 3000 oficiales de policía procedentes de las ciudades de Shenyang, Anshan, Benxi, Dalián, Panjin, Yingkou, así como de otros lugares, para reprimir a los manifestantes.
Vídeo: Las autoridades movilizaron a una gran cantidad de policías para reprimir a las masas.
Portando escudos y bastones, las fuerzas especiales rodearon y atacaron a la gente, golpeando a todo el que se les cruzara, incluidos ancianos, niños y mujeres.
Según testigos presenciales, un aldeano fue golpeado por un grupo compuesto por tres a cinco oficiales de policías. Luego de ser subido a un coche de policía, los mismos continuaron agrediéndolo brutalmente. Una mujer embarazada también fue golpeada, aparentemente sin ninguna razón. La misma mostró signos de estar sufriendo un aborto espontáneo y fue enviada al hospital para recibir un tratamiento de emergencia. La policía derribó al suelo a una mujer y la misma ya no pudo volver a ponerse de pie.
Una mujer utilizó su teléfono móvil para grabar la escena. La policía le ordenó que eliminara la grabación inmediatamente. Ella no obedeció las órdenes y fue golpeada. Otro hombre también fue arrestado durante el conflicto. La policía confiscó por la fuerza su teléfono móvil y le ordenó que eliminara la aplicación de la red social WeChat. La policía también le advirtió que cuando saliera bajo fianza nunca más podría participar en protestas.
Vídeo: La policía golpea a los manifestantes.
Para ejercer un mayor control sobre la opinión pública, las autoridades de Liaoning han utilizado helicópteros para interrumpir las señales de los teléfonos móviles existentes en el poblado de Teng’ao, le contó un internauta a Bitter Winter. Las autoridades también estipularon que nadie debía publicar comentarios en línea sobre la construcción de la planta de incineración de basura. Si se descubriera que alguien lo ha hecho, la persona en cuestión sería inmediatamente geolocalizada y arrestada. Para evitar ser atrapados, los administradores de algunos grupos de chat en línea están comenzando a eliminar sus cuentas de WeChat.
Además, la policía también estableció bloqueos en todas las intersecciones que conducían al poblado de Teng’ao, prohibiendo la entrada de forasteros. Este accionar provocó indignación pública. Conductores de autobuses públicos locales y automóviles privados transportaron personas de manera gratuita hasta Teng’ao para que pudieran presenciar la verdad. La policía se esforzó por evitar que esto sucediera.
Según se informa, la gente local había solicitado previamente la ayuda de los medios de comunicación para poder sacar a la luz este problema, pero ningún reportero se atrevió a llegar hasta el lugar para cubrir la historia.
Las autoridades intentaron legalizar sus atrocidades. El personal gubernamental amenazó a todos los comerciantes del poblado diciendo que si no aceptaban la construcción de la planta de incineración de basura y no firmaban una declaración de compromiso en la que prometían no participar en actividades relacionadas con la protección de derechos, perderían sus licencias comerciales. Y a muchos comerciantes, de hecho, les fueron revocadas por haberse negado a firmar.
Otros residentes no fueron la excepción. Ellos también debieron someterse a visitas domiciliarias llevadas a cabo por las autoridades. Las mismas han ido de puerta en puerta, ordenando a la gente que firme y acepte la construcción de la planta de incineración de basura. En la actualidad, los residentes locales afirman que las personas son arrestadas a diario por protestar contra el Gobierno y son obligadas a firmar con su nombre completo.
Información de Piao Junying