La líder de una iglesia se sintió desamparada, ya que su iglesia fue demolida ilegalmente y todos le negaron justicia.
En diciembre del año pasado, el gobierno del condado de Luyi en Henán desplegó a más de 100 oficiales de policía para llevar a cabo la demolición de una iglesia. La misma era una iglesia protestante de las Tres Autonomías aprobada por el gobierno y contaba con todos los permisos en regla.
La policía colocó una cinta de “prohibida la entrada” alrededor de las instalaciones de la iglesia para prohibir el ingreso de cualquier persona a la misma. Enseguida se llevaron las mesas y los bancos de la iglesia.
Al ver esto, la líder, Zhang Min (seudónimo), trató de razonar con los funcionarios presentes. No obstante, el alcalde del poblado le dijo que la iglesia era un edificio ilegal y tenía que ser demolida. Más tarde, intentó que los seguidores de la iglesia llevaran los permisos del edificio al lugar, pero nuevamente, los funcionarios no le permitieron usar su teléfono móvil.
La Sra. Zhang salió apresuradamente para recoger los documentos por sí misma, pero cuando regresó, la iglesia ya había sido demolida. La policía también había incautado más de 5000 yuanes del dinero de las donaciones recibidas por la iglesia.
Con la esperanza de hallar justicia, la Sra. Zhang luego se contactó con un reportero. No obstante, incluso el reportero se negó a cubrir la historia de una demolición ilegal llevada a cabo por autoridades gubernamentales.
La Sra. Zhang ya no tenía a dónde ir. Usando su propia vida como arma de protesta, ingirió pesticida intentando cometer suicidio. Afortunadamente, fue llevada de inmediato a un hospital y sobrevivió al intento.
Según se informa, el lugar donde se encontraba su iglesia solía ser una enorme cantera que había sido abandonada anteriormente. La Sra. Zhang y otros creyentes habían comprado la tierra y habían construido la iglesia con el consentimiento del comité de la aldea. Sin embargo, en el momento de la demolición, las autoridades se negaron a proporcionar una razón creíble. Los ciudadanos comunes como la Sra. Zhang no tienen más remedio que seguir adelante, sin importar cuán descarado sea el comportamiento de las autoridades respaldadas por el PCCh.
Informado por Jiang Tao