Por toda China se están clausurando arbitrariamente iglesias católicas clandestinas y aquellas aprobadas por el Gobierno y se está arrestado a los fieles.
El 22 de septiembre, el Vaticano y el Gobierno chino firmaron un acuerdo provisional sobre la designación de obispos. Aunque el contenido concreto del tratado aún se desconoce, muchos temen que obligará a los catolicos chinos a unirse a la Iglesia oficial en China.
Algunos analistas afirman que el Vaticano se adhirió al acuerdo para impulsar el desarrollo del catolicismo en China, pero tampoco se puede negar la persecución de los católicos chinos mientras se llevaban a cabo las negociaciones.
Bitter Winter está recibiendo información sobre el cierre de lugares de reunión católicos por todo el país. A principios de junio, la policía asaltó un lugar de reunión católico en la ciudad de Tianshi, en la ciudad-prefectura de Dazhou, en Sichuan. También arrestaron a ocho creyentes de entre 60 y 80 años.
El 25 de mayo, cerraron otra iglesia católica en la ciudad de Liushan, en la ciudad-prefectura de Chibi, en Hubei. Era una iglesia aprobada por el Gobierno y los fieles habían recaudado 430 000 yenes, o 61 000 USD, de su bolsillo para construirla.
Mientras tanto, a principios de ese mismo mes, las autoridades simplemente publicaron el aviso del cierre en el exterior de la iglesia de un pueblo en la ciudad-prefectura de Ruzhou, en Henán. También clausuraron otro local de la ciudad de Baisi, en la ciudad prefectura de Hebi, en la misma provincia. Hartos del hostigamiento repetido por parte de la policía, los creyentes acabaron dejando de reunirse en el local al que solían acudir unas 300 personas los días de fiesta. Allí se siguen celebrando reuniones, pero en secreto.
En la ciudad-prefectura de Jiamusi, en Heilongjiang, la policía asaltó un lugar de reunión y detuvo a su pastor en marzo. Se cree que anteriormente las autoridades habían pedido al pastor que se uniera a la Asociación Católica Patriótica China, pero en todas las ocasiones se negó.
Informado por Yao Zhangjin