Las iglesias que habían sido demolidas debido a su estado ruinoso no pueden ser actualmente reconstruidas debido a la persecución religiosa en curso en China.
Recientemente, Bitter Winter informó sobre la clausura de iglesias católicas o el cierre arbitrario de sitios en China.
Hemos recibido informes sobre varias iglesias católicas más que fueron previamente clausuradas utilizando el pretexto de su estado ruinoso y que luego fueron aprobadas para ser reconstruidas. No obstante, las autoridades actualmente están impidiendo tales intentos.
Un funcionario del gobierno local en Henán reveló que tal accionar se debe a la política de «sinicización del cristianismo» de Xi Jinping. El mismo afirmó: «El Gobierno central ha impartido órdenes para que el Departamento de Trabajo del Frente Unido y el Departamento de Asuntos Religiosos no aprueben la construcción de iglesias».
En el año 2010, el Departamento de Gestión del Patrimonio Cultural de la ciudad de Nanyang, en Henán, inspeccionó la iglesia católica de Jingang emplazada en el distrito de Wolong.
En ese entonces, el departamento aprobó su reconstrucción, pero más tarde, cuando las tareas estaban en marcha, los funcionarios impidieron el proceso varias veces. Incluso, intentaron amenazar a los proveedores locales de materiales de construcción advirtiéndoles que sus licencias podrían ser canceladas si le vendían a la iglesia.
En ocasiones, enviaban personal para demoler las partes recién construidas, pero no lograban llevar a cabo tales acciones, ya que los creyentes se encontraban presentes en el sitio para detenerlos. Posteriormente, las autoridades convocaron a los creyentes a la estación de policía con el pretexto de «tener una conversación». Sin embargo, tan pronto como aparecieron, tres creyentes fueron arrestados por «impedir la aplicación de la ley».
Hacia fines del año pasado, el presidente de la iglesia fue extorsionado dos veces y obligado a pagar cerca de 150 000 yuanes, o 21 000 dólares, en concepto de multas.
Mientras tanto, algo similar ocurrió en la ciudad de Ningde, en Fujian. La iglesia católica del Sagrado Corazón fue derribada debido a su estado ruinoso. Pero cuando en noviembre de 2014 comenzaron las tareas de reconstrucción, las mismas fueron detenidas por las autoridades.
La iglesia aún no ha sido reconstruida y los creyentes solo pueden reunirse en su sótano. En la actualidad, el sacerdote de la misma es acosado y convocado con frecuencia por varios departamentos gubernamentales para mantener discusiones ideológicas.
No obstante, la persecución de católicos chinos no se limita a sus iglesias. En el mes de octubre del año pasado, las autoridades también removieron la cruz de la iglesia católica de la Santísima Trinidad emplazada en la ciudad de Puyang, en Henán. Luego de ello, la iglesia fue clausurada.
Mientras tanto, en Gongyi, otra ciudad de Henán, el presidente de la Asociación Católica del poblado de Beishankou, afirmó que el sitio de reunión para los fieles católicos en su área era el único lugar aprobado por el gobierno para muchos creyentes que vivían cerca. Pero a partir de abril de 2018, el mismo también ha sido objeto de persecución.
El presidente afirmó que desde que las autoridades destruyeron la tumba del obispo Li Hongye situada en dicho lugar, el sitio de reunión ha sido vigilado de cerca. Cada vez que los creyentes se reúnen para realizar el culto semanal, los funcionarios también se presentan para llevar a cabo sus inspecciones.
En el mes de abril, el gobierno de Gongyi también había demolido una iglesia católica de la aldea Hutuo, enviando a casi 100 miembros del personal para realizar dicha tarea.
Informado por Jiang Tao